Cuando se cumplen doscientos años de la primera publicación de la novela Frankenstein, obra mítica de Mary Shelley, la directora Carme Portaceli ha decidido subir a escena la historia de uno de los monstruos más famosos de todos los tiempos, con el que se pretende mostrar "las tinieblas de una sociedad incapaz de asumir la diferencia".

Con dramaturgia de Guillem Morales, director de la premiada película Los ojos de Julia, y un reparto de actores formado por Joel Joan (Criatura), Àngel Llàcer (Dr. Víctor Frankenstein), Lluís Marco (De Lacey-Pare), Magda Puig (Elisabeth-Agatha), Albert Triola (Henry-Félix-Enterramorts), Pere Vallribera (William-Enterramorts) y Alba de la Cruz (Safie-La Companya), esta versión teatral llega el próximo sábado 19 de mayo al Auditori de Manacor (20 horas).

Diario de Mallorca ha conversado con uno de sus protagonistas, Lluís Marco, actor que alcanzó la popularidad en la serie Ventdelplà y Hospital Central, y que como actor de doblaje ha doblado habitualmente a grandes del cine como Ben Kingsley, Harvey Keitel, Colm Meaney o Danny DeVito.

La obra alcanza sus cinco meses de vida tras su estreno en el Teatre Nacional de Catalunya. ¿Cómo está reaccionando el público?

Ya desde su estreno el público llena el teatro allí donde vamos. En la mayoría de funciones que hemos hecho parte de la platea se pone siempre en pie. Es una obra que gusta mucho a los espectadores.

¿Dónde pone el acento esta versión teatral del clásico de Mary Shelley?

En la búsqueda constante del ser humano, el secreto de dónde nace la vida. A partir de ahí la diversifica en los dos caminos terrenales: el bien y el mal. Los personajes de la Criatura y el Dr. Frankenstein, junto con De Lacey, el filósofo que establece estas premisas en cuanto al bien y el mal, transitan por un camino de luces y sombras.

¿Una versión que respeta la esencia del texto original?

Se respeta, pero hay personajes, como el que yo encarno, De Lacey, que en la novela están explicitados como de manera distinta, y aquí se le ha tenido que dar un diálogo importante para poder extrapolarlo a la adaptación teatral. Creo que Guillermo Morales ha hecho una adaptación maravillosa de una novela con la que Shelley inventó la ciencia ficción.

¿Disfruta como actor en un montaje terrorífico?

El placer me viene dado por el poder discursear sobre el bien y el mal, y también por la oportunidad de poder trabajar junto a dos individuos fantásticos como son Àngel Llàcer y Joel Joan. Descubrirlos en el escenario ha sido un placer. Con Joan ya había trabajado, siendo él muy joven pero con Llàcer no había tenido oportunidad de hacerlo.

¿El espectador pasará miedo?

No. Es una obra que ayuda a reflexionar aunque es cierto que la Criatura, con el tamaño humano que tiene Joel Joan, y la caracterización extraordinaria provoca sensaciones en el espectador de todo tipo. Pero no es miedo ni terror. Se ahonda más en la filosofía que en el miedo. Es una obra que pretende disipar las tinieblas de una sociedad incapaz de asumir la diferencia. Cada vez somos más y mejor conectados pero peor unidos. Es muy difícil unir a la sociedad desde la bondad, la ternura, la cultura. Parece ser que nuestras autoridades cada vez están menos interesadas en esto y más en airear mentira tras mentira, falacia tras falacia, palabrejas que se las va llevando el viento y que nos van convirtiendo a los seres humanos en papelito de fumar. Nos maltratan mucho, la verdad.

Frankenstein sopla 200 velas en 2018, pero el monstruo sigue con la misma fuerza que hace dos siglos.

El texto tiene una vigencia maravillosa. A pesar de que con el genoma humano se puede jugar ya a lo que haga falta y que estamos a punto de entrar en un mundo en el que la inteligencia artificial cada vez está más presente, el ser humano continúa buscando el nacimiento de la vida. Es muy difícil ser humano.

¿Qué convierte en siniestro al doctor Frankenstein?

Él necesita crear. Lo que pueda conducirle a la maldad, que la tiene, y a la psicopatía, es producto de su inquietud, de querer averiguar cómo viene el nacimiento de la vida, cómo podemos nacer tan complejos.

Todo lo contrario que la Criatura, que busca la luz.

Así es. La Criatura es inspirado por De Lacey a través de la lectura, las palabras, la conversación, la naturaleza, a que en la vida hay dos caminos, el bien y el mal. La Criatura intentará coger el camino del bien pero cuando se encuentra delante del creador, le destruye. También tiene una parte de maldad, el odio es inherente al ser humano, y hay que aprender a quitárselo siempre a través de la cultura, nunca a través de la política y las malas intenciones.

¿Cómo es la puesta en escena?

La escenografía es muy minimalista. Sobre una de las paredes del escenario se proyectan imágenes. Visualmente es reconfortante, bonita de ver.