El tiempo pasa para todos, incluso para los eternos. Los años de rock and roll y carretera del cabeza de cartel de la jornada del viernes en el Mallorca Live Festival, Primal Scream, se le notaron demasiado a la banda encima del escenario, que contaba con una puesta en escena de bajo voltaje que no ayudó a animar al público que se congregó para verlos. Un público que, aunque no fuera la multitud que consiguió Izal, y tampoco igual de leal, esperaba ser sorprendido por la fuerza de su nombre. Sin embargo, la interacción de los escoceses con el público fue más bien discreta, algo que no solucionó la energía del repertorio: también discreta. Primal Scream dejó en casa lo que les hizo ser una de las bandas más aplaudidas en su momento: la electrónica. El resultado fue un concierto sin épica, sin pulsión animal.

Muchos hablan, aún hoy, del gran concierto de Primal Scream en Mallorca en el festival Isladencanta, en el año 2003. Sin duda, los que asistieron en el Mallorca Live Festival para rememorar ese día seguirán recordando el concierto que vivieron hace más de una década. Más de una década. Se dice rápido. Nadie sobrevive al tiempo, y quizás una retirada como la de Iniesta es una victoria (entiéndase una retirada como dejar de ser cabeza de cartel, para nada dejar los escenarios). Quizás ha llegado el momento de dejar paso a las nuevas generaciones de bandas y poder construir nuevos mitos. Dejar que la cantera sea titular.

The Wheels y las sorpresas

En otro orden de cosas, The Wheels no fallaron en casa antes de retomar su gira mundial, que les llevará por tres continentes y más de 30 ciudades. Los integrantes de la banda se mostraron cómplices encima del escenario, y receptivos con el público, que les brindó unos calurosos aplausos. De esos que no se dan en otro lugar que no sea en casa.

Al final de la noche bailaban hasta las paredes de los hoteles que rodean Calvià. Borchi y su doble redoble sorprendieron: una tuba, un saxofón y un estilo libre, loco y trabajado que inocularon su ritmo todos los cuerpos presentes. Los más valientes se dejaron llevar por el músico Mladen Solomun, que reinvente el house allá donde vaya. Y qué decir de La Casa Azul y Djs from Mars: qué fácil lo hacen para que cualquiera piense que puede volar.