"He sentido el ataque a la Naveta des Tudons como si hubieran atentado contra mi propia casa". La declaración de una vecina de Ferreries, desvelada a Diario de Mallorca por Miquel Àngel Maria, conseller insular de Cultura, resume en una frase el sentimiento de miles de ciudadanos de Menorca ante el atentado que sufrió la joya más icónica del patrimonio talayótico el pasado 16 de marzo, cuando unos desconocidos pintaron con espray más de 81 bloques de piedra calcárea del monumento.

Desde entonces, los menorquines han transformado el sentimiento de profunda indignación que les invadió en un primer momento en muestras de solidaridad y ofrecimientos desinteresados de ayuda.

"Tengo que decir que no me ha sorprendido, porque en la isla existe un alto grado de conocimiento y civismo no solo del entorno natural, también del patrimonio, que estudian desde muy pequeños los alumnos en los centros escolares y convierten en objeto de prácticas de clase de forma habitual. Por eso, los actos incívicos contra el patrimonio en Menorca son escasísimos", argumenta. "Lo que sí me sorprendió de verdad estos días -confiesa el conseller de Cultura- fue la reacción unánime del colectivo grafitero de la isla, que en una acción celebrada recientemente quiso rechazar y condenar el ataque contra la Naveta des Tudons. No nos toques el patrimonio. Vandalismo no es grafiti, dijeron en aquella cita", recuerda el conseller.

Mientras la policía estrecha callada y discretamente el cerco sobre los autores del atentado, el departamento de Cultura del Consell se ha puesto manos a la obra. "Nos hemos propuesto convertir esta crisis en una oportunidad", subraya Miquel Àngel Maria, "en una oportunidad para restaurar la Naveta del Tudons, seguir difundiendo su patrimonio y mejorar la seguridad" del que es considerado como el edificio más antiguo de Europa.

"Las obras de restauración han sido adjudicadas y empezarán el lunes, con un presupuesto de 27.000 euros y un plazo de ejecución de un mes". Pero además, para canalizar los ofrecimientos desinterasados de ayuda, el Consell ha convocado hoy en la Naveta a voluntarios para empezar a desmontar el muro de pared seca que circunda la construcción para que el lunes la plataforma elevadora necesaria para los trabajos pueda situarse junto la Naveta.

Al mismo tiempo, el Consell insular estudia qué medidas de vigilancia aplicar para que los hechos no vuelvan a producirse. "Hemos descartado por su alto coste dotar de vigilancia presencial a los monumentos y yacimientos, pues solo en la Naveta des Tudons el presupuesto para un año de vigilancia alcanzaría los 160.000 euros", detalla. "Así que estamos evaluando todas las opciones, especialmente los sistemas de videovigilancia y los de detección de movimientos, pero todavía es un asunto que no está decidido".

El conseller confirma que durante el mes que duren los trabajos de restauración no se cerrará la Naveta, en contra de lo que se dijo al principio. "Organizaremos visitas guiadas y recorridos para estudiantes con el objetivo de que los ciudadanos puedan conocer con detalle la evolución de los trabajos".

Las navetas son construcciones propias de Menorca y se encuentran entre los monumentos funerarios más antiguos. Se construyeron sobre el año 1000 antes de Cristo y pertenecen a la cultura talayótica de la isla.

La Naveta des Tudons fue descubierta y desenterrada a mediados del siglo pasado. Durante las excavaciones se encontraron cuerpos acompañados de los objetos personales. Mide 13,6 por 6,4 metros. En las inmediaciones de la se encuentran los poblados talayóticos de Torrellafuda y Torretrencada.