El Museo Sa Bassa Blanca de Alcúdia, como parte de su programa cultural y artístico con motivo de los 25 años de la creación de la Fundación Jakober, y en contexto del Día Internacional de los Museos, que se celebrará en el centro el 19 de mayo, recibe a un “invitado de excepción”, generosamente prestado por la Colección Abelló de Madrid: el retrato de doña de Austria, niña, pintado por Juan Pantoja de la Cruz.

La historia del cuadro es parte de la compleja historia de la relación de alianzas de las familias reales de la rama española de la Casa de Habsburgo y la de Borbón de Francia, política de acercamiento que al final desembocaría en la llegada de los Borbones a España,

El cuadro que visita Mallorca representa a la Infanta de España doña Ana Mauricia, hija primogénita de la reina Margarita de Austria (1584-1611), mujer de Felipe III (1578-1621), y futura mujer de Luis XIII de Francia (1601-1643). Es de hacer notar que la Colección Nins exhibe dos excepcionales retratos del Delfín Luis XIII, pintado por Frans Porbus el joven. Se puede decir que estamos ante un “encuentro” de dos obras maestras entre dos príncipes destinados a casarse, aquí representados de niños, aún desconocedores de su destino compartido.

El retrato que nos visita fue encargado a Pantoja de la Cruz por la propia reina Margarita de Austria como regalo para su dama favorita, la condesa de Barajas. En él doña Ana Mauricia aparece como madrina de su hermana María (1606-1646), futura mujer del emperador Fernando III de Alemania (1608-1657).

Doña Ana Mauricia, ya como reina de Francia, fue madre de Luis XIV (1638-1715) y de Felipe de Orleans (1640-1701). A la muerte de Luis XIII en 1643, fue regente de Francia con el cardenal Mazzarino como primer ministro, hasta la mayoría de edad de su hijo. Doña Ana murió en París el 20 de enero de 1666.

Pantoja de la Cruz, discípulo de Alonso Sánchez Coello (1531/1532-1588), se formó también en Francia, siguiendo a Jorge de la Rúa (act. 1556-1578), y en Viena, donde trabajó al servicio de Isabel de Austria. En este retrato, realizado un año antes de la muerte del artista, se aprecian las influencias de su maestro. La figura aparece recortada contra el fondo y la infanta niña está pintada siguiendo el mismo modelo que los retratos de adultos. Incluso el decorado —el bufete, la ventana— se ha adaptado a las medidas de doña Ana, que parece un adulto en miniatura.