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Entrevista

Anna Llenas: "Hay muchas ilustradoras, pero no estamos en las tiras de los diarios: nuestra voz está en la red"

La ilustradora de libro infantil impartirá un cuentacuentos y un taller el próximo sábado día 12 en el Claustre de Sant Domingo de Inca, una actividad enmarcada en el Festival Tinta Il·lustre

Anna Llenas: "Hay muchas ilustradoras, pero no estamos en las tiras de los diarios: nuestra voz está en la red"

Empezó en agencias de publicidad pero decidió dejar ese mundo para emprender un rumbo propio, más artístico y personal. Anna Llenas (Barcelona, 1977) trabaja para diversas editoriales junto a diferentes autores para los que ilustra cuentos. El monstruo de colores fue el primer álbum que firmó como autora y dibujante. El último que ha visto la luz es Topito Terremoto. En septiembre publicará un nuevo proyecto que ahora mismo es "top secret". Las suyas son historias comprometidas que visibilizan la diversidad y la diferencia, y que profundizan en la educación emocional.

P Proviene del mundo de la publicidad y acaba en el de la ilustración. ¿Hubo algo que la decepcionara?

R Fue más bien porque siempre me había gustado dibujar, tanto en mi adolescencia como durante la carrera [Anna es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas]. A veces dejamos por el camino cosas que nos gustan. Yo pintaba cuadros. Creo que mi lenguaje era más de Bellas Artes. Pero por salida profesional, pensé que en la publicidad también podría tocar el aspecto más gráfico. En mi época, en la publicidad más creativa, se hacía un mayor uso de la fotografía. En cambio, yo tiraba más por la parte más manual. Entonces, retomé el tema de la pintura e hice un máster en Ilustración. Y vi otra salida profesional.

P Al final es un sector bastante amplio.

R Sí lo es. Abarca muchos aspectos: libro ilustrado, libros de texto, prensa, publicidad.

P ¿La ilustración es un género en sí mismo?

R Sí. Es un género que en otros países como Francia lleva más años y ya está establecido. Incluso empieza a ser del gusto de los adultos. Aunque el 90% adquiera libros para los niños, a veces es una excusa porque son para ellos, para los mayores. También es cierto que cada vez más hay libros ilustrados de temática adulta. En el álbum ilustrado no sólo se trata de que haya dos lenguajes que cuentan de manera paralela una historia, sino que con la ilustración puedes aportar tu punto de vista personal sobre la misma. Eso es muy interesante.

P La ilustración está vehiculando también temas como el feminismo. Pienso en Moderna de Pueblo o Paula Bonet. ¿Por qué casan tan bien?

R No estoy tan metida en lo que ellas hacen. Sí había seguido a algunas ilustradoras que tocan el tema de la maternidad, como la de The Mama Sutra. Recuerdan quizá un poco a lo que hizo Maitena hace diez o quince años. Pienso que las redes sociales han ayudado a dar difusión a su trabajo. Lo que tradicionalmente hacían los hombres en las tiras de los periódicos, ellas lo pueden poner en Instagram. En las redes no pueden silenciar nuestra voz. Porque es así: apenas hay mujeres en las tiras de los diarios y somos muchas ilustradoras. Y, si no estamos, es porque no nos lo están pidiendo.

P ¿La ilustración está dejando de verse como un género menor?

R Sí. El libro infantil lo comunican como género menor, pero es algo que está cambiando. Creo que tiene que ver con el hecho de que el dibujo es una maría, es secunario a las asignaturas de lengua y matemáticas en los colegios. Pero la verdad es que hay mucho nivel ahora en el libro infantil. Nuestro trabajo se ha visualizado. Además, ahora se están aceptando trabajos de autores más noveles. Es algo que está relacionado con el auge de las nuevas y pequeñas editoriales independientes, que aceptan gente nueva que nunca ha publicado.

P Su monstruo de colores ha revolucionado el cuento infantil tradicional.

R El cuenta ha cambiado mucho. A mí me han interesado en los últimos tiempos los temas emocionales y me he formado en Arteterapia, que es la fusión entre la psicología y el arte. Son dos caminos que me interesaba unir. Lo he hecho y ha funcionado.

P De hecho, los colores se utilizan en las terapias psicológicas. ¿Sacó la idea de ahí?

R Fue más bien una intuición. No lo sabía. La editorial me comentó que en EE UU, los de Pixar, en la película Inside Out, también habían hecho una asociación parecida de colores a la que yo había hecho en el libro. Sólo había una distinta: ellos el verde lo asimilaban al asco. También me enteré de que una asociación de la Universidad de Boston que estudia las emociones había llegado al mismo análisis de los colores que yo.

P ¿Conocen su libro allí?

R Sí. Lo conocieron y se interesaron. De hecho, lo cogieron con una ONG mundial y lo han movido por muchos lugares.

P Sois más las mujeres ilustradoras pero tenéis menos Premios Nacionales de Ilustración.

R Creo que somos más o menos igual en número. Quizá sí hay un poco más de mujeres. Pero en este campo como en todos recibimos menos reconocimientos.

P Los ilustradores sois autónomos. ¿Podéis escapar de la precariedad con vuestros honorarios?

R Todos los autónomos hemos de asumir unos gastos. Y la verdad es que se nos dan pocas facilidades. En estos últimos años, los honorarios varían en función de la editorial con la que trabajes. Pienso que dentro de unos estándares, empieza a haber unos mínimos. Pero creo que es positivo que los ilustradores se inscriban en alguna asociación profesional. En Cataluña hay una, y creo que en Valencia y en Madrid también cuentan con entidades de este tipo. Es importante porque en estas asociaciones te pueden informar sobre los contratos, derechos de autor y esos honorarios. Cuanto más concienciados y más información sobre nuestro trabajo tengamos, mucho mejor para rechazar según qué condiciones. Está claro que aún estamos en lucha con todas estas cuestiones.

P Su último proyecto, Topito Terremoto, va sobre niños movidos, hiperactivos. Otro tema de psicología infantil.

R Creo que trata el tema de la diferencia. La diferencia a veces se puede ver como dificultad y otras veces como oportunidad para ver y descubrir cuál es tu lugar en el mundo. Quise reflejar a un niño muy movido que es rechazado, pero por otra parte él debe iniciar una búsqueda para conocer en qué cosas brilla y qué es lo que le motiva. Es brutal lo que pueden llegar a sacar muchos niños con excedente de energía cuando ésta está bien canalizada.

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