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Contracorriente

Satellites, veinte años en órbita

Recuperan el nombre primigenio, The Cicely Satellites, y ultiman su próximo disco, construido y deconstruido hasta la neurosis. Diez temas que podrían situarse en una época que ya ha pasado o en un tiempo que aún no existe. Actuarán el próximo viernes 18 en el Novo Café Lisboa.

Los mallorquines The Cicely Satellites, en el Estudio Palam de Púter.

Veinte años y punto de inflexión. The Cicely Satellites, hasta hace poco Satellites a secas, están en pleno proceso de grabación de su nuevo disco. "Este trabajo suponía para mí preguntarme qué es este grupo y cuáles son sus elementos definitorios", reflexiona Jordi Herrera (voz y guitarra). Un momento de autoconocimiento y reconocimiento. Psicoanálisis. De cada canción, la banda tiene grabadas como cuatro demos. Construcción y deconstrucción casi neurótica de cada uno de los diez cortes. Una excentricidad que empezó en 2015 y que encaja con la línea evolutiva y de experimentación del grupo mallorquín, que siempre ha rehusado los ejercicios de estilo o las repeticiones.

La banda, que graba en el Estudio Palam, ha controlado microscópicamente el álbum. "Los medios de producción los tenemos, ahora el disco lo lanzamos al exterior. Emitimos las señales, pero no sabemos quiénes son los promotores", comentan.

El lanzamiento del nuevo material -este 2018, aún sin fecha definida- implica un giro en ciertos aspectos del grupo: por una parte, la recuperación del nombre primigenio. Por otra, la incorporación de un nuevo batería, Lluís Bestard (El Diablo en el Ojo, Renaldo &Clara).

La música de Satellites, con diez discos en su haber desde The Blue Box, es más distópica que nunca: representa sociedades e individuos ficticios que bien podrían salir de las novelas de Isaac Asimov. "Tenemos un tema sobre extraterrestres y otro sobre un espía triple, que es un agente doble pero no sabe que lo es". Equívocos. Sentido del humor. Y alienación del individuo (en este punto Alef Tërton comenta que algo hay de The Wall de Pink Floyd, aunque la comparación no acaba de encajarle a Jordi). De hecho, la música de Satellites podría situarse entre una época que ya ha pasado, los utópicos 70, o un tiempo que todavía no existe.

En este estado de cosas, salta el tema mundano y terrenal (casi feo) de la industria musical. La mecha que enciende el debate entre Púter, Tërton y Herrera. "Hacer el disco únicamente como plan vital es perfecto. Todo lo que sea hacer canciones es genial. El resto... La música de ahora es un pase de modelos y yo no tengo ninguna talla", confiesa Herrera. "Mi deseo es que existiera una máquina donde pudiera meter la música y que me diera algo a cambio. Ahora hacemos lo que queremos, pero me dan poco pollo free range", comenta.

El grupo, que ya avanzó dos sencillos en un vinilo de siete pulgadas, actuará el próximo día 18 en el Novo Café Lisboa.

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