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A tiro

Perpetuar la precariedad

Dibujo de Pere Salvà.

El Institut d´Estudis Baleàrics acaba de publicar las subvenciones de Artes Visuales 2018, además de las de música, teatro, literatura y cómic. Parece que el organismo continúa sin separar en las convocatorias a las empresas de los artistas autónomos. Dos realidades completamente distintas si se analizan sus intereses, sus ámbitos de acción y las condiciones y situaciones económicas de ambos, normalmente estando en una posición más desfavorable (económica, de medios, de conocimiento de la Administración y de tiempo) el artista o el comisario independiente. La Associació d´Artistes Visuals recordó esta semana la necesidad de publicar dos convocatorias separadas que recojan las especificidades de cada una de estas realidades. Porque está bastante claro hacia cuál de los dos lados se inclina la balanza. Recuerdo las palabras de Berta Sureda (coordinadora del Pla de Cultura) en la entrevista que concedió a este diario sobre la cuestión: "Las subvenciones han de tener en cuenta el equilibrio entre las industrias culturales y los proyectos de más retorno social y con menos viabilidad económica".

Está claro que el Pla de Cultura sigue comprando tiempo. Sorprende que el IEB no haya aplicado ciertos cambios sobre las subvenciones habida cuenta de que uno de las apuestas de Fanny era luchar contra la precariedad. Echamos también en falta las famosas cláusulas que iban a constar en las bases, unos mínimos que se les iban a exigir a las empresas -contratantes de trabajadores de la cultura- interesadas en acogerse a todas estas ayudas. Tampoco se han revisado los plazos de los pagos, que podrían demorarse hasta seis meses después de la presentación de las facturas. Un punto que implica directamente la exclusión de todos aquellos artistas que no tengan liquidez para adelantar el dinero de la ayuda. A eso se le llama perpetuar la precariedad. Y más peso en un lado de la balanza (sin contar los 200.000 euros para la creación del Institut d´Indústries Culturals). Como aspecto positivo, la AAVIB señaló que por primera vez sí se habían incluido las dietas en los elementos subvencionales: 15 euros por día y sin necesidad de justificación con factura.

Desde la legislatura pasada que no oíamos hablar de mecenazgo. El pasado 26 de abril se aprobó en la comisión de Cultura del Parlament la propuesta del PP de desplegar la Llei de Mecenatge Cultural. Los populares pidieron a la conselleria de Tur que, además de elaborar y aplicar el reglamento, haga difusión y publicidad de la normativa. Si ganan los populares las próximas elecciones, ya sabemos por dónde irán los primeros tiros.

Pere Salvà dibuja un mundo en tensión. Oscuro, de una fealdad que me resulta bella, con personajes que arrastran la inadaptación de la adolescencia, el fracaso y una desestructuración social que hace que me recuerden plásticamente a El grito de Munch en versión gore-pop, a los cómics excesivos y transgresores de Simon Hanselmann o a Basquiat. Aunque a Pere le gusten más pintores japoneses como Makoto Aida o Aya Takano, cuya poesía y dolor se filtran en los papeles del artista mallorquín que anoche presentó en Sa Travessa.

Vivir al margen, explotar la carnalidad, sublimar la degeneración y dibujar todo eso bonito, desde el humor, el odio y la duda. Salvà provoca que conectemos con la autenticidad de lo plástico, un valor aplastado por el arte contemporáneo más intelectualizado.

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