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Música

Runaway, memoria del punk y del indie en Mallorca

Runaway cumple 25 años de aventuras - Su ´alma mater´, Pere Terrassa, rememora sus ascensos y caídas

No se puede hablar de Runaway sin hacerlo a su vez de la escena punk e indie de los últimos 25 años en Mallorca. Son dos memorias que corren paralelas. Su alma máter, Pere Terrassa, conocido directamente como Peter Runaway, ha vivido las transformaciones del panorama y la industria musical. Y también las ha padecido. En realidad, la historia de Runaway no podría haber sido posible si Peter no se hubiera inoculado el veneno de la música a los diez años. "A esa edad ya compraba vinilos por influencia de mi hermano", confiesa. La andadura de Runaway (la tienda) empezó mucho después, en 1993. La chispa que encendió la mecha fue la creación y el lanzamiento del fanzine La Parturienta junto a Joan Vich, Sebas Rosselló y Pedro Trotz. "También organizamos un par de conciertos en un local que se llamaba La Iguana, regentado por Gabi Quetglas, en el bar La Rata o en Exit, una sala de Gomila donde después se ubicó el Casino Royale. Fue en esta última donde montamos Esplendor Geométrico", recuerda. La aventura fanzinera duró cinco números. Todos ellos joyitas de coleccionista.

"Después de aquello, pensé en abrir una tienda de discos y lo hice con mi pareja de entonces, Antònia Mas, el 26 de abril de 1993", relata. "Mariluz Miranda nos ayudó con el logo y la imagen de la tienda. También despachaba", apunta. Los comienzos del establecimiento, en la calle Costa de Santa Creu 4 A, estuvieron marcados por el auge que estaba experimentando el cedé. Pese a ello, Terrassa apostó por el vinilo. "Teníamos entre un 70-60% de discos y un 30-40 de cedés", calcula. "Me acuerdo que cuando le contaba a las discográficas que iba a abrir una tienda de vinilos me trataban de loco. Pero yo estaba convencido. En mis viajes, había visto muchas tiendas de vinilos que funcionaban. Sabía que iba contracorriente, pero con una base sólida", considera.

"Era la época en que vendíamos hasta 200 cedés del Inquilino comunista, Sexy Sadie, Pavement, Sonic Youth, Pixies. Ante las dificultades, Warner y Sony dejaron de hacer vinilo. Recuerdo que en Sony los únicos que sacaban material en ese formato eran Pearl Jam", comenta. Pese a ello, en Runaway nunca dejaron de tener vinilos, "teníamos el mercado de segunda mano. Y éramos de los pocos en la isla que teníamos punk y garaje. Trabajábamos con la distribuidora americana Mordam".

El primer concierto que organizó Runaway fue por el segundo aniversario de la tienda. Actuaron Wipe Out Skaters y Cerebros Exprimidos en la casa okupa de la calle Manuel Azaña. "También trajimos a Corn Flakes y colaboramos en uno de los conciertos del Inquilino. Muchas de estas actuaciones se celebraban en el Malafama u otros locales de Can Picafort", rememora. "Una buena parte de nuestros clientes eran de la zona de Muro. Nos pedían lo que Pep Malafama pinchaba", continúa. "También creé con él y Joan Fred el sello Malafama Records, donde editamos a los Henteligens o The Nash".

En los 90, la tienda progresó adecuadamente. Y en los 2000, Terrassa se propuso crecer: creó el sello Runaway Records y montó la Fira del Disc de Palma. La primera referencia que lanzó con la discográfica fue Individual Control de Net Weigh. Con el tiempo, Satellites o Dinamo se convirtieron también en bandas de su catálogo. En los albores de los 2000, probó suerte fuera de la isla con la itinerancia de la tienda. "El primer festival al que fuimos fue el de Benicàssim y la Fira del Disc de Barcelona", evoca. A día de hoy, Terrassa mantiene la venta itinerante de discos después de que cerrara la tienda en 2007. "Ahora me ayuda mi hijo Lluís, que está conmigo en la empresa. Este año tenemos previsto ir al BBK y al Resurrection de Galicia y a las ferias del disco de Utrecht o Nantes", señala.

El hito que cambió el devenir de la estructura musical fue la irrupción de internet. "Muchas tiendas no se recuperaron y cerraron. La venta de cedés se desplomó. También las discográficas. En Balears todos los sellos tenían un representante y desaparecieron todos", explica. "Nosotros subsistimos porque teníamos vinilos, pero la cosa fue menguando", prosigue. "Me fui a vivir a Sencelles, la facturación en ferias y festivales era muy superior a la de la tienda, y ésta se convirtió en una carga por el tiempo y la energía que demandaba", indica.

Runaway se ha dedicado también a montajes técnicos de producciones propias y externas. Suyo fue el macroconcierto Mallorca 'n' Roll del verano pasado, con Bad Religion encabezando el cartel. El sello continúa (en colaboración con los grupos, que son los que costean la grabación). Y Peter tiene ganas de celebrar estos 25 años. "Lo haremos en septiembre con dos días de conciertos de nuestras bandas", promete.

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