Ecléctica, reivindicativa, atrevida, reveladora€ La edición del Palma dansa que -a falta del doble epílogo Galejar + 1´28 del día 10 en el Principal- ha echado el cierre este fin de semana es una muestra palmaria de que el arte puede ser elevado y popular al mismo tiempo, capaz de satisfacer a iniciados, ´entendidos´ y también a esa gente que pasa por ahí y de pronto tropieza con unos cuerpos en movimiento; porque en ese encontronazo siempre surge algo, y súbitamente las miradas se clavan para que continúe deslizándose la dinámica.
El último tramo del festival nos dejó la belleza de Andrea Cruz, en una escenografía impactante visualmente. Tales of body es un viaje por las etapas de una vida, un nacer y renacer con el cuerpo como vehículo. También la plasticidad de La intrusa, que rapearon y bailaron Billie Jean justo a las puertas del Xesc Forteza, y también sedujeron con su aire urbano a las gentes de La Soledad, en una experiencia comunitaria (para eso deben servir las instituciones públicas) de la que participaron Los Moñekos, con la hilarante We-ding! y Emilio Roig, con una reinterpretación del flamenco (En Construcción). Fue una mañana de esas que dejan huellas en un barrio que espera que se rehabilite Can Ribas y que el espacio aporte creación y cultura a la periferia, que también existe.
Y por la tarde llegó el turno de Ovni, de Big Bouncers. Danza contemporánea más ´al uso´, donde tres cuerpos y multitud de objetos nos hablan de la sociedad actual, hiperconsumista, que colecciona materiales y experiencias, a veces sin criterios definidos. Una pieza que atrapa desde el inicio, con tres intérpretes de lujo.
Propuestas para todos los gustos y sensibilidades, acertadísimas en su filosofía en su contenido, para dotar de contenido al acontecimiento cultural más relevante en lo que va de año.
Palma Dansa (III)
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Espacios abiertos y teatros de Palma.
