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A Tiro

Sa presó de Palma, utopía o realidad

Puede ser un proyecto bonito recuperar la antigua cárcel de Palma para la creación y la cultura, una propuesta pionera, revolucionaria en Mallorca. ¿Seremos capaces? ¿Nos dejarán?

Primer espacio de la antigua cárcel que será reformado e inaugurado con el Atlántida Film Fest. M. E. Vallés

Vaya por delante que el proyecto de transformar la antigua prisión de Palma en un centro autogestionado por colectivos culturales, sociales, artísticos, creativos y ciudadanos me parece tan interesante como complejo. Y que parte de su éxito va a depender directamente de los términos del convenio que firme el Ayuntamiento con los colectivos de Som sa presó, el germen de toda esta historia de recuperar espacios vacíos de la ciudad para la cultura, la cooperación, nuevas formas de economía, etc. Esas negociaciones, que no deben estar influidas ni por la improvisación ni por la recta final de la legislatura, son de vital importancia porque marcarán el rumbo que tomará el espacio. Hacemos hincapié en este punto y es legítima nuestra duda por los antecedentes de fracaso que arrastra este equipo de gobierno en asuntos culturales: véase el caso Casal Solleric en toda su enormidad, el simulacro de Consell municipal de Cultura, la paralizada y estancada propuesta de un edificio de Gesa judicializado o el malogrado CAC Ses Voltes, ya viciado en la legislatura anterior. En cualquier caso, es una estupenda idea con la que uno se motiva aún más cuando visita la antigua cárcel, como ayer hicimos con el alcalde Toni Noguera, quien parecía implicado y convencido con la causa, aunque aún con demasiadas inconcreciones en sus respuestas, a mi juicio.

? Las preguntas que nos asaltan son muchas. Y la letra pequeña que se va a tener que luchar no es poca. ¿Se va a tratar de una cesión de espacio? ¿Una cogestión? El primer edil se limitó a decir que Cort sería un "facilitador" y que "se tendrá que negocionar y ver cómo se puede gestionar económicamente". Por otra parte, ¿va a intervenir (aprobar u opinar) Cort en el plan de usos de la cárcel o en el CAC, que se acabará mudando allí mismo? Este punto me parece especialmente delicado teniendo en cuenta que este tipo de espacios acaban siendo también espacios políticos y de debate, no sólo de actividades culturales sin más, pues en ellos surgen nuevas maneras de relacionarse y relacionar las cosas con el mundo. Son espacios de pensamiento y laboratorios de exploración. Lugares de resonancias y preguntas comunes. Sobre la ciudad, sobre el propio estatus del artista, sobre la economía, etc. (O eso esperamos que sean y no sólo un vivero para empresas y entidades).

? En cuanto a la autogestión, ¿hasta que punto tendrán que autoprecarizarse los artistas para hacer realidad este espacio? ¿Se van a organizar en asambleas cuando se ha visto que éstas acaban por centralizar el poder de decisión y acaban en guerras de poder? ¿Habrá que optar por la organización de tareas y confiar en la autorresponsabilidad por lo común de cada uno y la cooperación? Puede ser un proyecto bonito Sa presó, pionero, incluso revolucionario en Mallorca. ¿Seremos capaces? ¿Nos dejarán?

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