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Gastronomía

Inés Fraile Valdivielso: "Hay que impulsar que la gente se ponga el delantal"

"El lector encontrará esa receta de confianza, de personas que han dedicado toda la vida a hacer 'panades'"

Inés Fraile Valdivielso (Palma, 1978) posa junto a su libro ´Davantal posat´. b. font

P ¿Por qué decidió publicar este libro?

R Empecé el verano de 2014 recopilando recetas de personas cercanas a mí, de confianza, a las que fotografiaba con un delantal de roba de bolic que me regalaron en Navidad. Disfrutaba, en mi tiempo libre, decidiendo el proceso de cada receta dulce, el estilismo culinario, tomando nota del proceso de elaboración y las anécdotas que me contaban. Hace unos años compartí el proyecto con Carme Castells, directora de la Fundació Mallorca Literària, y le entusiasmó la idea; por lo que decidió sumarse a la iniciativa aportando toda la parte de documentación histórica de las recetas, mientras que el cocinero Miquel Vicens, 'Calent', ha supervisado la parte técnica.

P ¿Quién se ha puesto el delantal?

R Un total de 33 personas de los municipios de Son Servera, Artà, Sant Llorenç, Manacor, Capdepera y Campos. El resultado son 36 recetas dulces y de pastas, tradicionales y exquisitas.

P Explica que con grandes sacos de harina construía tiendas de campaña...

R Viví mi infancia dentro de una panadería. Mis padres regentaban la Pastelería Inés en la Vileta. Mi padre, ahora jubilado, hacía de repostero, y mi madre despachaba. Recuerdo que pasaba muchas tardes allí, entre sacos de harina, olor a chocolate y azúcar en polvo... Era feliz... Allí hacía tiendas de campaña con estos sacos; un recuerdo que me acompaña cada vez que entro en una panadería. Es por ello que el libro trata solamente sobre recetas dulces y pastas.

P ¿Qué aporta su libro?

R Si bien es cierto que hay muchos libros de recetas y que ahora es muy fácil acceder a ellas en internet, Davantal posat es diferente porque sabes que encontrarás esa receta de confianza, de personas que, por ejemplo, se han dedicado toda la vida a hacer panades y que con los años han perfeccionado su elaboración. También hay casos de gente joven, que han heredado la receta de generaciones anteriores. De hecho, estas personas son los auténticos protagonistas del libro, que siempre aparecen fotografiados por mí con el delantal puesto.

P ¿La cocina mallorquina está en peligro?

R Quiero pensar que no. Lo que pasa es que nuestro ritmo diario es vertiginoso y hace que tengamos poco tiempo para cocinar. Los sabores de la cocina mallorquina gustan a todos y cada vez hay más gente que se anima a prepararla. Hay que impulsar que la gente se ponga el delantal.

P ¿Qué consejo daría a alguien que quiera ponérselo?

R Que empiece por la receta que más le apetezca. Es un libro para edades y niveles de habilidad diferentes, desde personas que se inician en la repostería, como para gente que la domina y le apetece conocer las recetas de confianza de otras personas. También aconsejaría confiar en la intuición de cada uno. Otra recomendación sería aprender a observar y escuchar la conjugación de los alimentos. Saber enfrentarse a las cosas con seguridad y sin miedo sería otro de los consejos que daría.

P ¿Cúal es su favorita?

R En cuanto a preparación, la de coca de quart, porque es un clásico, es muy sencilla y allí donde la llevo, triunfa. También me gusta comer los cocarrois de verdura o la coca de cebolla con higos, pero confieso que tengo que practicarlas con el libro delante.

P Ahora que hay tantos foodies

R Que procuren hacer las fotos con luz natural. Viviendo en Mallorca es una tarea fácil.

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