Dirty Dancing es un clásico del cine que ahora seduce el teatro. Y es que la mítica canción (I've Had) The Time of My Life salta de la gran pantalla a las tablas, en concreto, al escenario del Auditòrium de Palma que, del 23 de mayo al 3 de junio, se transformará en el lujoso hotel Catskill Mountains de Nueva York para revivir la historia de amor que Frances ‘Baby’ Houseman y el instructor de baile Johnny Castle vivieron aquel verano de 1963.

En este caso, Laura Enrech y Pablo Ceresuela han tenido el reto de encarnar a dos iconos de la cultura popular. “Es innegable la influencia de la década de los 80 y Dirty Dancing es un referente”, ha asegurado en la presentación de esta mañana la actriz que se siente muy identificada con Baby, interpretado en el cine por Jennifer Grey. “Lo que intentamos es no imitar lo inimitable si no contar la historia que hay detrás de toda esa leyenda que es Dirty Dancing. Es una gran historia con muchos temas interesantes que fue contada con mucho carisma y por eso se convirtió en leyenda”, ha desgranado la intérprete que ha confesado que a la hora de meterse en la piel de la joven Baby ha buscado “su verdad, su mirada del mundo y su manera de despertar para llevarla a escena con el mayor respeto, admiración y honestidad posible”.

“Los dos hemos ido descubriendo las distintas capas que tiene esta película que como excusa utiliza una historia de amor para explicar temas de tanta controversia como el despertar sexual de la mujer, la diferencia de clases, el racismo. Todo está urdido de una forma tan elegante que cuando vas más allá te das cuenta de la profundidad que tiene Dirty Dancing”, ha añadido Ceresuela que confiesa que hay puntos en común entre él y su personaje encarnado en el cine por Patrick Swayze. “Una de mis profesoras de interpretación me dijo que los personajes son los que escogen a los actores. Tiene un punto místico pero ha habido mucho conocimiento personal de quién soy yo a raíz de tener que encontrar la esencia de Johnny en mí”.

El montaje teatral es una adaptación fiel de la película, una adaptación que la propia autora Eleanor Bergstein ha llevado a cabo. El actor destacó que la versión teatral incluye dos escenas que fueron eludidas en el rodaje. Cristina de Póo, de la compañía LetsGo, ha recordado que desde su debut en Australia en 2004, Dirty Dancing se ha convertido en un fenómeno alrededor del mundo.

La compañía estrenó el musical en diciembre de 2016 y en junio del año pasado empezó su gira. De momento, el montaje acumula medio millar de funciones y casi medio millón de espectadores. En Palma, los fans de este salto final, reproducido esta mañana en la azotea del Auditòrium, podrán vivir en primera persona la historia de Baby y Johnny. Laura Enrech ha hecho hincapié en el “fenómeno empático de la película”. “Todo el mundo ha experimentado el primer amor y este lo vives todas las noches”, ha enfatizado. “Desde el punto de vista interpretativo, tienes que sentir ese primer amor cada noche para transmitirlo porque si no el público no se lo traga, es un pastel”, ha confesado.