"Cuando abres un libro comienza una nueva aventura" rezaba el lema de la bolsa que la Fundació Mallorca Literària obsequiaba a los lectores. Y la Diadafue una jornada llena de aventuras, unas aventuras escondidas en los libros que ayer invadieron las calles de Palma, sobre todo las plazas de Cort, Major y España, engalanadas con cerca de 70 expositores llenos de libros deseosos de conquistar a nuevos lectores. También fue una jornada de rosas, incluidas por primera vez en el recorrido oficial ya que había dos puestos de floristerías para adquirir estas flores. Hubo pocas pero eran las más buscadas. Hablamos de las rosas amarillas.

Cuando, a media mañana, Sant Jordi aún cabalgaba algo tímido, estas flores reivindicativas ya estaban agotadas. De hecho, la florista de Mery Flowers tuvo que ir a buscar más porque "es la que más nos piden", pero tan solo había 150 a la venta y muchos se tuvieron que conformar en lucir un lazo amarillo que regalaban en algún que otro expositor. Rafa Pizzarro y Maria Guirao fueron dos de los que tuvieron la suerte de lucir una rosa amarilla en esta cita literaria de libros y rosas. "Nos las han regalado y la gente nos pide de dónde las hemos sacado", comentó esta pareja, una pareja de lo más previsora. Y es que lucían un broche de rosas rojas y amarillas de crochet confeccionados por María para la ocasión. "He hecho unos cuantos broches reivindicativos para unos amigos pero también hemos salido a vivir plenamente este Sant Jordi con algunos broches de más y ya decidiré a quién se los regalo", explicó esta catalana que ayer dedicó la jornada a disfrutar plenamente de Sant Jordi, "el día más bonito del año".

El cavaller se levantó rodeado de niños. Y es que a primera hora de la jornada fue el momento de las escuelas. "Es una manera de que los más pequeños se enganchen al placer de la lectura. Entre ellos mismos se van aconsejando qué libros leer, algo que fomenta su interés por la lectura", destacaron los maestros del CEIP Nicolau Calafat de Valldemossa. Con El gran regreso al reino de la fantasía de Geronimo Stilton como nueva adquisición, el pequeño Kian explicó que optó por "el gran geroni porque sus libros son muy divertidos y están llenos de olores". Hubo pasacalles con Los Estupendos Burrueños y numerosos talleres en el stand del Consell de la plaza Major como El gran drac reciclat o La flor més bonica. El jardín de La Misericòrdia también se despertó con rosas de gran tamaño hechas de papel y la Bibliomòbil hizo las delicias de los pequeños lectores.

Sant Jordi empezó a cabalgar algo tímido en la mañana, aunque por la tarde triunfó con una gran afluencia de público. El inicio de la jornada literaria fue festejado por Cort con sus seis horas de lectura dedicadas a Josep Maria Llompart con motivo del Any Llompart. "Espero que estas lecturas sirvan para seguir su ejemplo como hombre comprometido con la cultura y el país", deseó el titular de Cultura de Cort, Llorenç Carrió mientras que el alcalde Antoni Noguera arrancó su lectura con un "ojalá todos los lunes fueran Sant Jordi porque es una buena manera para empezar la semana".

Las autoridades se dieron cita en el Ayuntamiento para recitar algunos de los poemas de Llompart para luego iniciar el recorrido oficial en busca de algún que otro libro. Como curiosidad, la presidenta Francina Armengol apostó por uno de los libros estrella de este Sant Jordi Venjaré la teva mort de Carme Riera, mientras que la titular de Cultura, Fanny Tur, optó por Eren ells de Carles Rebassa y La policía celeste de Ben Clark. "Son los primeros libros porque somos compradoras y lectoras, así que seguro que adquirimos algunos más", confesaron entre risas.

Maridaje de vino y libros en el vermut de la Fundació Mallorca Literària

El punto álgido de la mañana santjordiera tuvo lugar en la Plaza Major con el vermut de escritores, editores y autoridades que brindaron en un maridaje de vinos y libros que puso la guinda a la campaña de promoción de la lectura #Sant Jordi, les aventures t'esperen al carrer de la Fundació Mallorca Literària. Ya al mediodía, iba cogiendo ritmo el trote del heroico caballero para salvar a la princesa del dragón y la fiesta se fue animando. En las céntricas calles de Palma se respiraba mucho más ambiente en busca de libros llenos de aventura.

El Sant Jordi mallorquín habló en femenino. Llucia Ramis y Carme Riera fueron los nombres más buscados. De hecho, Les possessions de Llucia Ramis se agotó en apenas unas horas mientras que Venjaré la teva mort de la académica de la RAE fue otro de los más vendidos en esta fiesta literaria. Los libros fueron los grandes protagonistas, pero también sus creadores. Pere Ferrer, que para este Sant Jordi ha presentado Qui diu que l'historiador és mort?, aseguró que es positivo que los alumnos paseen por Palma en esta diada, porque "pueden tocar con sus manos la cultura" pero también para el resto de personas porque "es un día que la gente aprovecha para comprarse un libro, aunque sea el único que adquiera durante el año". Muchas firmas pero también muchas firmas ilustradas. Los comiqueros Tomeu Seguí, Pere Joan, Àlex Fito o Tatum protagonizaron alguna que otra dedicatoria colectiva. Lápiz, rotulador y pinturas de colores en mano, ilustraban La costa de Mallorca interpretada pels nostres ilustradors. "Es la ventaja de adquirir un libro ilustrado, el lector se lleva una dedicatoria con dibujo incluido", comentó Seguí. "Que se potencie la cultura de nuestra tierra" era el deseo de Carme Feliu, bolígrafo en mano para firmar Temps enrere.

Fue una jornada de libros, rosas, autores y también de lectores, pequeños y grandes. Y es que el boom santjordier se vivió por la tarde, una tarde pensada para disfrutar en familia. Se planificaron cuentacuentos y una novedosa Gimcana Familiar que permitió a padres e hijos descubrir los secretos de Sant Jordi. El caballero, el dragón y las rosas andaban escondidos entre las paradas de libros. Los participantes debían dar con ellos. Los ganadores se llevaron cheques de 20, 40 y 80 euros para comprar libros. También fue una tarde literaria regada de música, la música de Roger Pistola, Vers endins y Roig, que bajó el telón de un Sant Jordi lleno de aventuras.