Pep Ramis, cofundador de la compañía Mal Pelo (Premi Nacional de Catalunya 2002 y Premio Nacional de Danza en 2009), ha actuado más veces en Nueva York que en Palma, algo que este bailarín y coreógrafo lo ve como "normal, porque el 80 por ciento de las actuaciones se hacen fuera de este país", España, en el que se ha impuesto "una cultura del miedo" y que atraviesa "una época muy oscura y tremenda, dando pasos hacia atrás de modo alucinante", espeta.

En su regreso a Palma, al Principal, donde no baila desde hace "seis o siete años", cuando presentó He visto caballos junto a María Muñoz, la otra mitad de Mal Pelo, Ramis se enfrentará a The Mountain, the Truth & the Paradise, una creación del propio Ramis que busca "una mirada particular, con humor, sobre la especie humana y sus derivas, sobre los dioses y el fango".

"Es una pieza que nació a raíz de un deseo muy específico, una revisión de mis intereses a nivel de interpretación tras muchos años sin estar solo en un escenario", señala el intérprete.

Confiesa Ramis que bailar solo no le supone "ninguna tortura", al contrario, "un placer muy grande", aunque reconoce que ya con cincuenta y tantos "me canso, pero es parte del oficio".

En The Mountain, the Truth & the Paradise, Ramis recurre al "baile, la palabra, la canción y el dibujo". Una "pieza poliédrica" que lanza preguntas al espectador, brindando "una mirada entre divertida y reflexiva", apunta.

"Siempre hay algo de humor en todos mis trabajos", reconoce el aplaudido artista, "pero no es de carcadaja, sino más de ironía. El humor es el canal de reflexión más contundente", afirma.

Con Mal Pelo, Ramis ha viajado por medio mundo, con espectáculos como Quarere, Sur-Perros del Sur, Dol, La calle del imaginero, El alma del bicho o Bach. "Siempre hacemos trabajos escénicos que yo no llamaría danza contemporánea. El eje siempre es el cuerpo, con todas las miradas poliédricas que puedes tener a través de él. Mantener tres décadas una compañía no ha sido fácil pero nos consideramos unos privilegiados. No nos podemos quejar, este es un país en el que la cultura no es valorada, pero es el que nos ha tocado", expresa.