Ayer se constituyó el Consell de Cultura de Palma, un órgano de asesoramiento y debate que pretende acercar la gestión municipal a los creadores y agentes culturales. Este renueva el anterior de 2009, "poco representativo de la ciudadanía", afirmó el regidor de Cultura, Llorenç Carrió.

Entre sus funciones están difundir las políticas culturales y nutrirse sus propuestas. Asimismo, el consistorio podrá delegar la creación de informes sobre equipamientos o el diseño de actividades. Las temáticas prioritarias son los Premis Ciutat de Palma y los nuevos equipamientos culturales, como Can Ribes.

El Consell estará formado por 40 miembros, entre ellos 16 entidades y 16 profesionales, la mitad de los cuáles serán nombrados por la Regidoria de Cultura y la otra a propuesta de las entidades. Por primera vez se incorporan al equipo 5 técnicos de cultura, con voz pero sin voto, con el fin de "implicarlos directamente", apuntó la coordinadora de Cultura, Francisca Niell. Esta base permite al sector cultural intervenir de manera integrada en la gestión municipal, que se experimentó en 2017 en el Casal Solleric y que concluyó sin éxito.

Como novedades, se crearán comisiones delegadas de carácter permanente o puntual, abiertas a la participación de externos, y la figura del vicepresidente no tendrá color político. Entre los integrantes destacan representantes de la Associació d´Escriptors en Llengua Catalana, el Clúster del Cómic i Nous Mèdia, el Gremi de Llibreters, la Associació d´Artistes Visuals o el Círculo de Bellas Artes, entre otros. Como profesionales contará con el estudioso Miquel Sbert, el profesor Jaume Guiscafrè, la especialista en arte Maria Josep Mulet, la gestora Mar Rayó, el arquitecto Guillem Aloy, el cinesta Cesc Mulet, o el experto musical Pere Estelrich, colaborador de Diario de Mallorca.