MA arte contemporáneo presenta mañana, entre las 19.30 horas y las 21.30, ArtShow, una exposición individual de Amadeo Orellana (Azul, Argentina 1976). Tras realizar una exposición itinerante por varias instituciones de la isla con sus collages, Amadeo decide revisar su propia obra, haciéndola evolucionar en otro sentido.

Desde el espacio aseguran que "es ya conocido el compromiso y sensibilidad que demuestra el artista hacia los temas más candentes de nuestra sociedad como son la violencia, alusiones a la política de Trump o los derechos humanos". Entre estos temas, se añade uno nuevo en el artístico: el mercado del arte. Con frases aplicadas con la técnica del stencil, muy ligado a la estética callejera, no le tiembla la mano al aplicar sobre obras de gran belleza estética una frase como "NO GUNS", entre otras; siempre en inglés, "como idioma universal", apuntan. Pero dentro de esta profusión de mensajes, llama la atención la que el artista escribe hacia el público dormido. Hacia ese público que consume el arte ya como si viera una película, casi inconsciente del trabajo que conlleva llegar a concluir una obra y poder mostrarla ante el espectador crítico que deja pasar ante sus ojos obras como si fueran nubes. "Es necesario y muy necesario fomentar el consumo real de arte, el coleccionismo de la gente joven. Los artistas no se alimentan de inspiración e ideas. Los artistas también duermen en camas y necesitan comer. Si no pueden vivir de su trabajo, necesitan buscar uno que le permita subsistir; pero luego debe seguir con ese proyecto artístico que suena en su mente, y que late en sus venas...es vital para él y es para lo que se ha formado", reivindican desde MA arte contemporáneo, apropiándose del discurso del artista.

Es por ello que el espacio de la galería se ha transformado en un contenedor de mensajes que pretenden llevar a la re?exión al consumidor de arte, "que el artista sacri?que su propia obra para ello, debe servir para algo", sostienen. El artista lo hace con sentido del humor e ironía, olvidándose de dramatismos, pero con una intención muy clara: mover las consciencias.