Muñeca de porcelana auditori de manacor
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De David Mamet.
Dirección: Juan Carlos Rubio.
Intérpretes: José Sacristán y Javier Godino.
En jet privado bloqueado en un aeropuerto de Canadá. Una pasajera, prometida del pez gordo, atrapada por la burocracia y los hilos de un político con poder. Es el punto de partida, el pretexto para que utilizó David Mamet para hablarnos de pecados capitales y de algunas de las miserias humanas; la codicia, el machismo, la soberbia y también esa curiosa y proverbial incapacidad para aceptar la derrota. Fue la excusa de Mamet y Mamet es la excusa de Juan Carlos Rubio (hace poco recaló en Palma Sensible, con Kiti Manver y también dirigida por él) para mostrar una vez más el talento de un José Sacristán que te seduce y te remueve desde la primera frase, desde el primer grito, en el primer gesto. .
Con texto delicioso, apoyado en una escenografía tan sencilla como efectiva y en la convincente réplica de Javier Godino (El secreto de sus ojos, en cine; varios musicales y algún clásico a sus espaldas en teatro) el maestro -ha cumplido los 80 y está en plena forma- ofrece todo un recital. Un catálogo de registros y de tonos mientras despliega la ira, y la modula, la chulería, la provocación, el hartazgo... mientras amaga con algo parecido al abatimiento, para esconderlo luego y volver a la piel de bestia que viste a un personaje que se nos revela cercano, perfectamente identificable a poco que te remitas a los grandes negociantes que nos circundan, tiburones mafiosos, corruptos, y también humanos, por supuesto; capaces de mucho por un capricho y de todo si se trata de salvar el pellejo. Teatro de texto, grande, que una vez más llenó el Auditorio de Manacor. Allí el público nunca falla.
