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Opinión

No se atreven a premiar a ´Yo, Tonya´

Hollywood premia a los justicieros y al redentorismo, se distancia del exterior en lugar de reivindicar un cambio

No se atreven a premiar a ´Yo, Tonya´

Las nueve películas nominadas eran tan deficientes que no ha costado mucho elegir a la peor de ellas, para otorgarle el Oscar. Es muy bonito premiar La forma del agua, emocionarse con su sensiblería acuosa y después no ir al cine. El problema de premiar esta fábula consiste en que cunda el ejemplo, y los espectadores supervivientes tengamos que pechar con sucesivas imitaciones del segundo fauno indigesto. Hollywood se basa en la imitación.

Las nueve películas nominadas era tan neutras, que solo Lady Bird y Los archivos del Pentágono se quedaron sin ningún galardón, por razones obvias en el primer caso. Después de ver la excepcional Yo, Tonya, desaparece cualquier insinuación de que la selección atendió a criterios cinematográficos. Hollywood no se ha atrevido a digerir este feroz mockumentary, porque aspira a la misma imagen familiar que la patinadora Tonya Harding denuncia en la pantalla. Una película esencialmente femenina debió correr mejor suerte. Sin embargo, ofrece una versión nada edulcorada de Estados Unidos, y cuestiona la corrección sexual dominante:

—Hija mía, ninguna mujer debería casarse con un hombre que le pega.

—Pues tú le pegabas a mi padre.

—No es lo mismo

Bienvenido, señor Del Toro, adiós asimismo a The disaster artist. No habrá censura ni premio, la variante más sofisticada del rechazo burgués. Los prejuicios arruinaban asimismo las perspectivas de Déjame salir, la más arriesgada entre las nominadas. Quedó relegada al premio al mejor guion, como si esta categoría no fuera siamesa de la mejor película. Es un reconocimiento de que Jordan Peele merecía más, de no mediar su mensaje inconveniente.

Fue la primera ceremonia de los Oscars en que se libró un agradecimiento explícito a Winston Churchill, a cargo de un Gary Oldman que lo ha resucitado para la eternidad. Otra oleada de buenos sentimientos agasaja a Frances McDormand y Sam Rockwell, por Tres anuncios en las afueras. El cine premia a justicieras y redentoristas, olvidando que nada es más fácil para un histrión que encarnar a un personaje histriónico.

Margot Robbie no solo arrasa en Yo, Tonya con McDormand, sino también con el elenco completo de aspirantes al Oscar a la mejor actriz, desde el inconveniente adicional de que trabaja sobre material ajeno. Este criterio se invierte en el premio a la mejor actriz secundaria, cosechado por el biopic de la patinadora. El papel de Allison Jannney como jefa de prensa de la Casa Blanca le merece todos los premios en El ala oeste. Impecable madre de la patinadora agresora, no alcanza sin embargo a la extraordinaria Laurie Metcalf, que tiene que inventarse su papel maternal en Lady Bird.

Hollywood no se reivindica frente al mundo exterior. Al contrario, se distancia de la realidad al optar por un título que solo indirectamente alude a los mexicanos aunque permita a Guillermo del Toro presumir de que "soy un inmigrante", pero que es menos incisivo incluso que Los archivos del Pentágono.

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