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Música

Joaquín Achúcarro dialoga con la Simfònica en el 'Concierto para piano número 4 de Beethoven'

El virtuoso pianista, que actúa hoy en Palma y mañana en Manacor, sentencia que esta pieza es "una de las cosas más grandes que hay en la música"

El pianista Joaquín Achúcarro ensaya en Palma

El pianista Joaquín Achúcarro ensaya en Palma

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El pianista Joaquín Achúcarro ensaya en Palma Rosa Ferriol

El virtuoso genio del piano, Joaquín Achúcarro (Bilbao, 1932) se encuentra en la isla para protagonizar el décimo concierto de la temporada de la Orquestra Simfònica esta noche en el Auditòrium de Palma y mañana en Manacor bajo la batuta del maestro Guillermo García Calvo, que conoció el martes y del que dice que ya son "viejos amigos". Sobre la Simfònica deja claro que es una orquesta que "está sonando estupendamente". El bilbaíno llega a Palma unos días después de ser reconocido miembro honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, una distinción que para él supone todo un "honor" y una "gran responsabilidad" porque fue nombrado por unanimidad y, además, recuerda que tan solo hay nueve académicos honorarios en la institución.

Aterriza en Palma para interpretar el Concierto para piano número 4 de Beethoven, una pieza que según el biógrafo del compositor, Emil Ludwig, "es el concierto más perfecto para un solo instrumento jamás compuesto". Una afirmación que comparte el reconocido pianista, que sentencia que "este concierto es una de las cosas más grandes que hay en la música". Lo argumenta. "Esta pieza tiene momentos y hallazgos de tal milagro que es fantástico. Hay todo lo que se quiere: risa, llanto, furia, humor... Y todo está perfectamente ligado de una manera coherente".

Durante el ensayo le acompaña la partitura de Beethoven. En la parte trasera, va anotando cuándo y con quién ha interpretado esta obra. La de hoy será la vez número 72 que se sienta al piano para interpretarla. Recuerda que ya la interpretó en 1999 bajo la batuta de Salvador Brotons. Repasa la libreta y rememora que la primera vez fue en 1964 en Watford, Londres.

Se trata de una obra de tres movimientos. "Es un concierto clásico en el que hay un diálogo entre el piano y la orquesta donde el discurso musical se divide entre dos. El segundo tiempo es una de las cosas más grandes que ha salido de la mente humana", describe el que fue Premio Nacional de Música en 1992.

"Interpretar el mensaje del compositor es lo más bonito", mantiene. "Estudiar una partitura no es aquí ha puesto fuerte y aquí, piano. Es preguntarse por qué y en qué circunstancias para luego aplicar el sentido común", argumenta el artista para la paz de la Unesco. "Beethoven necesitaba un tipo de armonía y un tipo de música que su sordera aceptase mejor. Quizá por esa sordera, la energía descomunal que desprende la música de Beethoven. Cuanto más lo estudio, más me asombra porque después de tantos años, sigo descubriendo cosas nuevas", desgrana.

Una droga

Después de casi 70 años de fructífera carrera, confiesa que cada vez le gusta más tocar el piano porque " se ha convertido en droga". "Me tengo que pinchar cada día. Es adicción lo que tengo yo con el piano", reconoce Achúcarro que confiesa que "procuro defender a capa y espada mis cuatro horas diarias y si puedo hacer más, las hago pero también debo tener en cuenta que tocar el piano no es una actividad espiritual, es física. Hay un entrenamiento y conlleva un gasto de energía, uno se cansa tocando el piano".

El virtuoso pianista ha recibido premios y reconocimientos en todo el mundo. A sus 85 años de edad mantiene una actividad ininterrumpida. Ha viajado por 61 países y ha tocado como solista con más de 200 orquestas. Protagonizó su primer concierto en Madrid a los 17 años y confiesa que se fue enamorando del piano "poco a poco".

De niño, se quedaba dormido mientras escuchaba a su padre tocando el piano. Un día le dijo que quería tocar el violín. "Fue porque oí el concierto de Brahms para violín y pensé que valía la pena estudiar el instrumento para poder tocarlo pero mi padre me dijo que no me preocupara que Brahms tenía dos conciertos para piano", rememora Achúcarro. El recital se abrirá con la obra del compositor de Manacor, Antoni Parera Fons, Obertura per a un bon dia. "Me ha parecido una orquestación magnífica", asegura el pianista que confiesa que tuvo esta impresión tan solo escuchando el final de la pieza al entrar en el ensayo de ayer.

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