La exposición Hans Hinterreiter (1902-1989) inaugurada esta tarde en el Museu Fundación Juan March de Palma acerca al público la obra de este artista suizo poco conocido, que se nutre de su formación matemática y arquitectónica para llenar de forma y color la pintura.

Hinterreiter pasó casi toda su vida en Eivissa, donde llegó en los años 30, y es autor de una peculiar creación fundada en patrones geométricos, fuertemente influida por la música y las teorías del color. Observando sus cromáticos gouache uno podría pensar que estamos ante mandalas con un cierto aire lisérgico que nos transportan a otra dimensión.

La muestra reúne hasta el 26 de mayo unas 75 obras y una selección documental, en su mayor parte nunca mostrada, en una retrospectiva comisariada por Jakob Bill, arqueólogo y artista, hijo de Max Bill, creador del círculo de arte abstracto-concreto al que se asocia el estilo de Hans Hinterreiter. Se trata de la tercera gran exposición registrada del pintor, que contó con una primera en 1973 en Winterthur, su ciudad natal, y otra en Estados Unidos estrenada en el Guggenheim de Nueva York en 1988. Las piezas provienen de su fundación en Suiza, así como de colecciones particulares.

El comisario de la exposición ha querido devolver el arte de Hinterreiter a la tierra que lo vió nacer. "Me he planteado mi función como la tarea consistente en que de manera inmediata y óptica esta exposición transmita el modo en el que el artista trabajaba. Por ello las agrupaciones en el espacio son temáticas, no en orden cronológico", afirma.

El director de la Fundación Juan March, Javier Gomá, ha destacado que "Hinterreiter es de esos artistas que no sólo producen belleza mediante obras de gran valor artístico, sino también capaz de estudiar su trabajo y realizar reflexiones sobre el complemento estético". Por su parte, el director de Museos, Manuel Fontán del Junco comenta que "hay exposiciones de reconocimiento y otras de conocimiento", como sería el caso de esta última que nos acerca a una figura poco conocida".

Hans Hinterreiter imaginó su pintura con vocación dinámica, lo que da pie a la proyección paralela en el espacio de cine experimental bajo el título La abstracción en movimiento. Una selección de 20 películas breves unidas en un vídeo de una hora y media.

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