"Todo el mundo sabe cuáles son los pecados capitales, pero casi no se destaca lo positivo de las personas, sus virtudes", afirma el cantautor mallorquín Quico Ros. Por este motivo, su alter ego en los escenarios, Payasö, dedica su nuevo disco a canciones de amor, dulzura, paciencia, esperanza, fortaleza, inocencia, voluntad, templanza, integridad y belleza, las Virtudes cardinales de Ros en su segundo álbum en solitario, que presentará el sábado día 24 en La Movida Café Concierto.

"Este trabajo es un recuerdo de las virtudes que deben marcar mi vida", explica, y como con ellas hay que "ganarse el cielo", compara su creación con "un paseo en bici por el paraíso". Ha compuesto unas letras sencillas que exponen su "mirada introspectiva e incluso a veces incómodamente íntima" sobre sus emociones o pensamientos. Sin embargo, da un paso más, "es una evolución", respecto al primer disco, Me da igual, en el que se marcó el reto a "superar el miedo a lo que pudiesen decir". "Ahora me desnudo, porque las canciones son parte de mí", dice quien ha sido batería en grupos durante muchos años y estaba acostumbrado a mantenerse "en un segundo plano".

Quico Ros se curtió con dicho instrumento en diversas bandas de Palma, como Distrito 60, Hora Local, Los Caravana y Los Grabes. En 1996 le llegó el éxito de público y crítica con el primer disco del grupo creado cinco años antes, Blue Meany, con el mismo título. En 2005 sacaron el segundo LP, Me siento bien, y pudieron compartir escenario con artistas tan reconocidos como Pereza, Efecto Mariposa, Fangoria, Modestia Aparte, La Musicalité, Casa Rusa y Sexy Sadie, entre otros. Ros combina su andadura en solitario con su carrera como batería.