-Nacida en Baix Llobregat, con 25 años y triunfando en el mundo del flamenco. ¿Cuál es el nexo entre estas tres afirmaciones? ¿De dónde surge la pasión y el sentimiento hacia el flamenco?

-En mi casa nunca se escuchó flamenco pero sí mucha música anglosajona. De hecho, mi familia no tiene ninguna vinculación con el sector musical, pero siendo una adolescente un día escuché a Camarón y tuve un flechazo musical que me marcó para siempre. Desde entonces no he dejado de estudiar y profundizar en el flamenco. En realidad no sé de dónde surge ese amor por esta música, eso es como intentar responder de dónde surge la vida misma.

-Ahora llena salas y cautiva a la mayoría de críticos especializados. ¿Cómo asimila este reconocimiento creciente?

-Con gratitud. Doy gracias por poder hacer la música que me gusta con libertad, por poder decidir en todo momento cuáles y cómo son mis pasos y, además, poder contar con el apoyo del público y los medios. No se puede pedir más, me siento bendecida.

-Ha sabido recuperar la esencia del flamenco y aportarle un punto de vista joven y personal. ¿Cómo ve la escena antes y después de su irrupción? ¿Tiene el género el reconocimiento que merece?

-Creo que este género contiene muchas propuestas y muy diferentes entre sí, tanto ortodoxas como heterodoxas. Es muy positivo que haya esta diversidad. Aquellos que amen el flamenco pueden estar de celebración porque el público de este género cada vez es más amplio. Pero mi gran ilusión es que el flamenco sea aún más conocido de lo que ya es alrededor del mundo.

-¿Qué referentes han marcado su trayectoria musical?

-De todo tipo. Lo que me ha marcado es un eclecticismo extremo en mis referencias. Desde Bach, 7 Notas o Ravi Shankar hasta El Chocolate, Billie Holiday o Sex Pistols.

-Raül Refree le acompaña en esta aventura aportando su privilegiada ejecución al toque de la guitarra española. ¿Cómo encontraron ese punto intermedio de complicidad?

-Desde el respeto, la admiración y la generosidad. Concibiendo nuestra colaboración como un diálogo constante donde la voz y lo instrumental están al servicio de lo mismo: la emoción.

-¿Ha habido un cambio generacional, tanto en intérpretes como en oyentes, en España?

-Claramente hay una nueva generación de artistas en nuestro país que está planteando las cosas de una forma fresca y diferente. Esta nueva generación, también como público, demanda algo diferente y creo que eso es sano. De hecho, es indispensable que el status quo de un panorama artístico esté agitándose constantemente para mantenerse vivo.

-¿Cuál es el porvenir de la música urbana en España?

-Lo desconozco, el futuro es incierto y al no ser musicóloga ni historiadora es complejo para mí analizar la situación debidamente y acertar en la respuesta. Tampoco siento que yo pertenezca a ese género, pero parece que la música urbana está en auge, cada vez hay más artistas aportando y todo apunta a que se asentará como un género relevante en nuestro país.

-¿Es Rosalía el Camarón del siglo XXI?

-Como Camarón nunca habrá nadie. Ese concepto y esa genialidad son irrepetibles.