Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica de música

Danzad, danzad...

Si el tercer clarinetista de la orquesta se pone delante para ejercer de solista, eso dice mucho de la formación. Pues así fue en el pasado concierto de abono de nuestra Orquestra Simfònica, cuando Juan José Pardo interpretó, en calidad de solista, la parte principal del segundo Concierto para clarinete y Orquesta de Oscar Navarro, una obra brillante, muy rítmica y que permite tanto al intérprete como a la formación que le acompaña, demostrar que pueden con el lirismo y con el éxtasis sonoro, pues se trata de una obra muy bien construida, con pasajes de auténtica vorágine rítmica (que incluso incitan al baile) y otros mucho más dulces y serenos, todo ello en un solo movimiento, pero con claras diferenciaciones temáticas y de tempo.

El clarinetista y el grupo, éste a las órdenes de Alondra de la Parra (la tercera mujer que se pone al frente de la institución en casi treinta años), ofrecieron una versión muy convincente de esa partitura que desde su estreno hace seis años, ya forma parte del repertorio de las salas de concierto.

Antes de esa partitura, Alejandra Parra había demostrado su buen hacer en una obra de perfiles claramente populares como es el Danzón número 2 de Arturo Márquez, un compositor mejicano que, a través de esa música, rinde homenaje a su país, con explosiones rítmicas y melódicas que muy bien recuerdan las danzas del folclore americano.

No hay que decir que la sección de percusión trabajó de valiente en esas dos obras que llenaron la primera parte, como también lo hizo en las Danzas Sinfónicas que Bernstein compuso a partir de algunos temas de su West side story. Aquí, otra vez se pasó, de forma muy convincente, del cantábile de Somewhere a la rítmica que acompaña las disputas callejeras entre pandillas de inmigrantes. Magnífica la propuesta de recordar al compositor y director cuando se cumplirán cien años de su nacimiento. Bernstein es universal, sin duda.

Con Bernstein se cerró una velada que podríamos calificar de absolutamente rítmica, si no fuera por la inclusión, un tanto sin venir a cuento, de esa otra obra espléndida, pero un tanto fuera lugar en esa noche, que es Ma Mère l'Oye de Maurice Ravel. Impecable la interpretación, muy correcta la dirección de la batuta americana que sacó todos los colores que el impresionismo demanda.

Una observación: De haber contado con un grupo más numeroso en las cuerdas hablaríamos de un concierto totalmente redondo. Faltó un poco de sonido en esas secciones, pues en alguna ocasión la fuerza de los vientos y la percusión tapó su delicadeza.

Orquestra Simfònica de Balears

Auditòrium de Palma

****

Juan José Pardo, clarinete

Alondra de la Parra, directora

Obras de Márquez, Navarro, Ravel y Bernstein

01/02/18

Compartir el artículo

stats