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Análisis

Perdidos en su propio laberinto

Las dos mejores películas por riesgo, autenticidad y ausencia de errores eran ´Handia´ y ´Estiu 1993´

Juana Acosta y Ernesto Alterio, protagonistas de ´Perfectos desconocidos´, película injustamente olvidada en los Goya. Reuters

El palmarés de este año me ha dejado perplejo. ¿Qué ha pasado por la mente e una mayoría de académicos para votar lo que han votado? ¿Porqué el destierro de Alex de la Iglesia? Ni El bar ni Perfectos desconocidos son tan malas como para merecer una única nominación en un Goya menor. Prosigo, incluir una película de terror (Verónica) que no se sale un milímetro de las fórmulas del género, ¿para qué? ¿Sólo para animar a futuros bayonas y pacoplazas? La librería, siendo muy digna y de excelente factura, nunca sale de su cuadrilátero, su zona de confort. El escritor me pareció muy artificial. Las dos mejores, por riesgo, autenticidad y ausencia de errores en ninguna faceta, eran Handia y Estiu 1993. Ninguna se ha llevado el premio a la mejor dirección o mejor película. Sí, vuelve la cordura, han confirmado a The Square y Muchos hijos, un mono y un castillo en sus respectivas categorías.

Respecto a los premiados mallorquines, ufff. No deseo aguarles la fiesta pero no comulgo con ellos. De Woody Allen sigo admirando gran parte de su obra y me escarrufan las crecientes noticias sobre su faceta personal. No ha llegado a los extremos de Weinstein o Spacey, es cierto, pero las dudas no se limitan al careo con su hijastra Dylan. No pretendo que se haga un Fahrenheit con las obras de todos los artistas cuestionados y a la vez me niego a silbar mirando al cielo. ¿En algún lugar está sellado que los ´genios´ tengan bula para saltarse derechos humanos elementales? Es (para mi) como la corrupción, consentirla es fomentarla.

Vuelvo con lo positivo. He atisbado una salida del laberinto en los agradecimientos de Nathalie Poza y en la mera presencia de Estiu 1993, Handia o Muchos hijos, etc. En calidad de actuaciones no tenemos nada que envidiar a otros países. Con músicos, directores de fotografía, vestuario, etc, tampoco. En guión y dirección falta un empujoncito para acercarse a The Square, Déjame salir, El hilo invisible o Tres anuncios en las afueras. Con menos diván, menos rencillas, menos iva y más pico y pala (quizás) se consiga más pronto que tarde.

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