El pasado lunes, el Club DIARIO DE MALLORCA fue el escenario en el cual diferentes personas analizaron, ante el público, la obra y la trayectoria de uno de los grandes mitos musicales de finales del siglo XX y principios del XXI, Krytzstof Penderecki, quien además pudo asistir al evento ya que se encuentra en Mallorca debido a que el próximo jueves dirige La Orquestra Simfònica de Balears. En el programa, su segundo Concierto para violín y la Sinfonía "Italiana" de Mendelssohn. El encuentro fue el primero de los que la dirección de la orquesta pretende celebrar como parte de su ciclo Illes sonores, y en el cual participarán compositores actuales.

Participaron en la tertulia, además del maestro, Fanny Tur, consellera de Cultura, la flautista y musicóloga Bárbara Durán, Pablo Mielgo como director titular de la formación sinfónica y Pere Bonet, gerente de la orquestra y que substituyó a la consellera cuando ésta se ausentó, poco antes del final de la sesión. Pere Estelrich i Massutí, comentarista musical de este diario, actuó en calidad de presentador y moderador.

Empezó Estelrich comentando la admiración de Penderecki hacia Bach, cosa que puede intuirse escuchando sus obras. El compositor no solamente reafirmó esa admiración sino que puso al maestro alemán muy por encima de los demás compositores. "Primero Bach, luego un espacio en blanco y luego los demás", apuntó.

Esa valoración contrastó con el poco entusiasmo que Penderecki demostró hacia los compositores actuales. "No me atrevo a decir qué nombres de la composición actual seguirán interpretándose dentro de cien años", concretó. En cambio sí valoró mucho la relación con Shostakovich, de quien dijo que fue "amigo además de colega musical".

Preguntado sobre cómo era la educación en Polonia en los años de la guerra fría, comentó que para los músicos, componer e interpretar era como una forma de sentirse libres. "La educación musical polaca, en aquellos tiempos, era mucho mejor que la occidental", afirmó, para luego añadir que "cuando de joven vine a occidente a recoger unos premios de composición me di cuenta que el nivel musical europeo era inferior al mío, así que volví a mi país para seguir estudiando".

El coloquio terminó con algunas aportaciones del público, entre el que se encontraban personas del mundo musical como Joan Company, Miquel Estelrich o Antoni Caimari, presidente de ACA (Área de Creació Acústica), la primera institución que trajo al maestro a Mallorca en el año 1999.

La esposa del compositor, sentada en primera fila, bien podría haber subido al escenario pues apostilló algunas consideraciones, aportando nuevos datos a las afirmaciones de su marido.