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Crítica de música

Berman con B de Brahms

Son palabras de una aficionada, asistente al concierto que vamos a comentar, a la salida del mismo: "Hoy he descubierto el Brahms pianístico".

Y bien puede ser, ya que si uno no sentía una predilección especial por las composiciones para el piano del maestro alemán, después del recital de Boris Berman es obligado cambiar de opinión. Imposible no haber disfrutado de ese monográfico en el que el pianista ruso interpretó los opus 116, 117, 118 y 119, formados por sus últimas veinte piezas para el teclado.

Capriccios, Intermezzos, Romanzas? fueron mostrados con una enorme exquisitez, como solamente pueden hacerlo los verdaderos maestros.

Atreverse con un monográfico Brahms es mucho atrevimiento y si además se interpreta como lo hizo Berman el pasado martes en el Conservatorio, entonces la cita es histórica.

Fraseo perfecto, pasión y sentimiento a raudales y un uso comedido del pedal (ah el pedal!) ayudaron al disfrute de una velada extraordinaria.

Entre esas múltiples obras, a la hora de elegir, un poco por encima de las demás, las Cuatro piezas Opus 119: tres Intermezzo i la Rapsodia en mi bemol mayor. Romanticismo en estado puro. Qué bien los finales, mezcla sutil de armónicos que se diluyen en el aire.

Para terminar, una pregunta para la reflexión: ¿Dónde estaban los estudiantes de piano de estas islas? Si pensamos que el recital se enmarcaba dentro de las actividades de la Cátedra Internacional de piano "Alicia de Larrocha" con una sesión añadida de clase magistral, es lógico echar en falta una asistencia de alumnos más numerosa.

Boris Berman, piano

Auditori del Conservatori

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Obras de J. Brahms

09/01/18

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