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Crítica de cine

El misterio Giacometti

Viendo esta película me vienen a la cabeza dos sobre Picasso: Sobrevivir a Picasso (James Ivory, 1996) recrea las tormentosas/abusivas relaciones del malagueño con una de sus mujeres. En el documental El misterio Picasso (H.-G. Cluzot, 1956) el pintor se acomoda ante un cristal con la cámara al otro lado. Mientras repinta un cuadro veinte, treinta veces explica su arte al realizador.

El arte de la amistad viene a ser una fusión de ambas, con Alberto Giacometti a principios de los 60. El pintor y escultor (encarnado por Geoffrey Rush) invita a su amigo y escritor James Lord (Hammer) a retratarle. El posado se alarga tres semanas por el perfeccionismo, las crisis creativas y los altibajos emocionales del suizo con su resignada pareja (Annette/Testud) y una pizpireta prostituta (Caroline/Poésy).

El guión matiza bastante bien al protagonista. No es ni tan extravertido ni tan tirano como Picasso; tampoco un santo, ni mucho menos. Vive y trabaja en un tugurio, cena cada día en los mejores bistrós. Aún estando en la cima, mantiene ese perfeccionismo rayano a la neurosis. Se exige estar atormentado porque cree que así parirá obras redondas. Es el perfecto atormentado, en palabras de Annette.

Las sesiones de taller son tan fascinantes como el documental del Cluzot, y Geoffrey Rush borda su papel. Los secundarios no están tan afinados por el guionista/director (no actor esta vez) Stanley Tucci. Desamores sobredramatizados, interludios musicales pueriles y un Armin Hammer que confunde ser sparring con espectador del genio. Interesante filme en conjunto, y agradecido recordatorio de uno de los mejores artistas plásticos del siglo XX.

El arte de la amistad

***1/2

Nacionalidad: Estados Unidos, 90 min.

Director: Stanley Tucci

Actores: Geoffrey Rush, Armin Hammer, Clemence Poésy, Sylvie Testud

Cines: Augusta

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