El color, la luz natural, los fenómenos atmosféricos y los espacios exteriores son las principales características que el artista, Prudencio Irazábal, recoge en su primera exposición en la Galería Pelaires titulada Tide Marks.

“Prefiero que el espectador titule el nombre de la obra”, pero en esta ocasión, el creador en vez de referirse a la inmensidad de un océano, se refiere “a los restos de un suceso”, es decir, cómo en sus cuadros los restos que quedan de pintura en los bordes simbolizan “los restos de la marea”, en vez de, “la inmensidad de un océano”.

Sus obras, con la técnica de pintura con acrílico sobre tela, se desarrollan a partir de su pensamiento cromático, iniciado en Nueva York a comienzos de los años 90.

El “reencuentro con el mundo clásico en cuanto a los colores y las impresiones infantiles” son los impulsos que utiliza el pintor alavés.