“¡No seas cómplice!”. Con este grito fue recibida la presidenta del Govern, Francina Armengol, en la inauguración de la Setmana del Llibre en Català, instalada desde este lunes y hasta el próximo domingo en el Parc de ses Estacions. Un acto, el de la apertura, que estuvo marcado por la decisión de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, que decretó prisión incondicional sin fianza para el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y siete exconsejeros de la Generalitat.

El ambiente se enrareció solo conocerse la decisión de la Justicia española, “desproporcionada” para los libreros de la Setmana del Llibre. Sus rostros reflejaban preocupación, tensión, rabia, y sus palabras así lo confirmaron: “Nunca podrán encarcelar las palabras y los sentimientos”, espetó la presidenta del Gremi, Maria Barceló, en una sala de actos que se quedó pequeña y que obligó a algunos a seguir los parlamentos desde el exterior de la carpa.

Decenas de personas acudieron a la cita para escuchar el tradicional pregón, pero lejos de quedarse en un segundo plano, fue el público el que decidió tomar la palabra desde el principio. Y lo hizo al grito de “error 155”, “stop fascismo” y “libertad para los presos políticos”, entre otros cánticos, también escritos en carteles.

Mensajes que recibió la presidenta Francina Armengol a su llegada, y ante los que reaccionó: “Es un día triste para la democracia. El conflicto territorial que se vive en Cataluña es un conflicto político y solo desde la política y el diálogo, que es el arma más importante que tiene la democracia, se podrá arreglar esta cuestión. Tengo, lógicamente, que acatar y respetar las decisiones judiciales pero es una situación desproporcionada, una situación límite a la que creo que nadie quería llegar. Pido mesura, sentido común y responsabilidad para encontrar la solución, desde el diálogo, la única forma de lograrlo”, subrayó.

Ya en clave cultural, Armengol señaló que “solo los pueblos cultos ganarán el futuro, por lo que es imprescindible ayudar a los creadores culturales, a quienes escriben y quienes quieren leer. Fomentar el hábito de la lectura es fundamental para tener una ciudadanía crítica que pueda responder ante los retos de presente y de futuro”.

Por su parte, Miquel Ensenyat, presidente del Consell, expresó un deseo: “Que por muchos años podamos escribir, leer, expresarnos y cantar en libertad”.

El pregón de este año recayó en la escritora y periodista Eva Piquer (Barcelona, 1969), también afectada por las noticias que llegaban desde Madrid. “Lo que está pasando es grave, brutal, bestial... me deja sin palabras. Es un gobierno elegido democráticamente. No habrá presiones para tantos presos. Si dijera lo que pienso a mí también me encerrarían en la cárcel”, espetó Piquer al inicio de su intervención.

Un discurso, el de esta nieta de menorquín, autora de libros como Una victòria diferent -con el que ganó el Josep Pla en 2002- en el que afirmó que “leer es el mejor refugio contra la intemperie moral”.

Leer nos hace salir de nosotros mismos y nos libera, leer llena y añade valor a nuestra vida, leer es vivir mucho más y mucho mejor”, dijo Piquer parafraseando al “añorado” Emili Teixidor, y añadió, ya de su cosecha: “La lectura nos brinda un regalo paradójico; nos empuja a salir del mundo para poder encontrarle cierto sentido”.

Piquer también citó a los Antònia Font, a quienes echa en falta: “Els anyoro com segles de glaceres solitàries davallant mil·límetres cap als oceans. Anyoro aquella època en què ens sobraven paraules gratis i certes, aquella època en què l’univers era una festa. I alegria, ses òrbites en sincronia”.

Tras el discurso de Piquer y fuera del programa anunciado, intervino Laia Martínez i López, en representación de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC), para afirmar que “la AELC trabajará por la libertad de expresión, los derechos civiles y las letras catalanas, que siempre serán nuestras”.