Archipiélago Oeste es un proyecto que nace con la voluntad de conectar y visibilizar los museos más relevantes de tres islas del Mediterráneo: Es Baluard, el FRAC Corse (Córcega) y el MAN de Cerdeña. Esta iniciativa empezó a andar el pasado fin de semana con una exposición en el FRAC Corse que pretende dar visibilización a jóvenes artistas, que para la ocasión han desarrollado trabajos desde lo autorreferencial y desde la experiencia vinculada a sus territorios de origen.

La muestra está comisariada por los directores de cada museo. Nekane Aramburu, Anne Alessandri y Lorenzo Giusti. Guillem Portell y Arantxa Boyero son los artistas mallorquines elegidos para exhibir en Córcega mientras que Roberto Casti y Mimi Enna son los representantes de Cerdeña, y Pauline Rognoni y Alexandra Villani firman la representación de Córcega.

En Archipiélago Oeste, Boyero ha presentado Seres Marinos con el que construye un fondo del mar a partir de ilustraciones de criaturas marinas creadas gracias a la colaboración de varios grupos de niños tanto de Córcega como de Malllorca. La artista, que define sus proyectos como "mini creaciones", estudia el comportamiento humano observando la conducta de seres vivos. Recurriendo a prácticas de atención consciente juega con su entorno para cuestionar tradiciones y reflexionar sobre temas como la intimidad y las relaciones desde la idiosincrasia de su entorno de proximidad.

Además de Seres Marinos, Boyero ha desembarcado en Córcega con una pieza de vídeo, Bolero Mallorquín, donde la artista interpreta su propia versión del típico baile isleño.

En How to be an artist: el peso de un apellido, Guillem Portell reflexiona sobre los cambios derivados de la identidad, el entorno y el contexto balear. Su obra se articula a través de la representación de acontecimientos de actualidad relacionados habitualmente, con el poder, la corrupción, la especulación o la explotación del territorio, a través de diferentes medios y formatos, usando un lenguaje irónico y de humor ácido próximo al conceptual. En su proyecto, Portell pone en cuestión una problemática recurrente de los jóvenes mallorquines: seguir con el negocio familiar o trazar sus propios intereses profesionales. En Córcega ha llevado a cabo una performance donde el artista combina el trabajo familiar y su dedicación al mundo del arte. En concreto, Portell explica que su padre es panadero y en Córcega ha elaborado una ensaïmada y ha ido grabando todos los pasos. Su intervención, explica, "sirve de excusa para hablar de las nuevas generaciones que no siguen con el negocio familiar".

Archipiélago Oeste se podrá ver hasta el 15 de enero en el FRAC Corse. Nekane Aramburu detalla que esta iniciativa se considera el arranque de "una colaboración estable que irá más allá de la misma exposición apostando en su inicio por el arte emergente, la especifidad de los territorios y el trabajo en red". "La idea es fortalecer vínculos entre artistas e instituciones para expandir, todo lo posible, esta experiencia ayudando y fortaleciendo la visibilización del arte contemporáneo en el Mediterráneo", añade. La producción de esta primera parte se ha realizado en Córcega y en diferentes fases se irá visibilizando en el MAN y Es Baluard en 2018.