En efecto, tanto Beethoven como Mahler son dos titanes de la historia de la música, y del sinfonismo en particular. No hay Quinta más famosa que la del compositor de Bonn, aunque parte de la Quinta del bohemio le sigue de cerca, el Adagietto de esa Quinta Sinfonía mahleriana es uno de los fragmentos más conocidos de la música del siglo XX. Y uno de los más utilizados fuera de los teatros. Sin duda Visconti contribuyó a esa popularidad incluyéndolo en la banda sonora de Muerta en Venecia, un film que parte de la obra de Thomas Mann del mismo título, tomándose algunas libertades, como convertir el protagonista, von Aschenbach en músico.
Nuestra Orquestra Simfònica quiso empezar temporada de abono con esos dos nombres. De Beethoven su Concierto para violín una partitura singular, llena de efectos, melodías y diálogos sonoros muy bella e interesante y que la convierten en un referente para todo solista. De hecho no hay violinista que no la incluya en su repertorio. Benjamin Schmid, el solista en el concierto que comentamos, estuvo, como en otras ocasiones que hemos podido escucharle, exquisito. Un tanto teatral en los gestos, pero delicado en el sonido y los matíces. No hizo una lectura potente sino lírica. Y la formación, con Pablo Mielgo al frente, supo seguir sus pasos. Juntos tuvieron sus pequeñas cosas, pero del todo superadas por algunas sutilezas realmente conseguidas. Como muestra bastaría citar el enlace entre la primera cadencia y la coda final en el primer movimiento. Delicioso. Destacable José Vicente Tatay en su solo de fagot.
Ya en la segunda parte y con la Simfònica sola y aumentada por la Academia Instrumenal, la Quinta Sinfonía de Mahler sonó brillante. En algunos momentos un poco falta de matices (¿pocos ensayos quizás?), pero con un resultado global más que aceptable. Todas las secciones, todas, dieron lo máximo. Las trompas (¡siete!) efectistas y con muy buen sonido. Los contrabajos, ¿qué decir de los contrabajos? Potentes. Como el resto de las cuerdas, que mejoraron a medida que la obra evolucionaba.
Beethoven/Mahler un buen binomio para empezar temporada. Un temporada que profetiza muy buenos momentos. Con obras muy interesantes, aunque, eso sí, un poco menguada de compositores locales.
