Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Elvira Lindo: "Hay muchas Españas y hemos de aprender a convivir y disfrutar de esa riqueza"

"Me cuesta mucho hablar de mi obra, no me gusta ponerme ni pedante ni vanidosa"

Elvira Lindo, ayer, en Palma. guillem bosch

Elvira Lindo (Cádiz, 1962) atiende a este diario antes de protagonizar una nueva sesión del ciclo Universos literarios de CaixaForum Palma. La relación de la escritora con la isla viene de antaño: "Viví en esta ciudad entre los diez y los doce años. Estudié en el colegio Sagrado Corazón", desvela. El pasado verano lo disfrutó con su marido Antonio Muñoz Molina en Es Trenc. "Antes de irnos a Nueva York, estuvimos a punto de mudarnos a Sóller. Ahora hemos vuelto al planteamiento de venir a vivir a la isla", confiesa.

P ¿Qué características diría que tiene su universo literario?

R Mi biografía y muchos temas personales, como mi familia y los lugares en los que he vivido, se han plasmado en mi obra. La verdad es que me cuesta mucho hablar de mis libros. No me gusta ponerme ni pedante ni vanidosa. Me gusta más hablar desde el humor.

P Precisamente, le caracteriza el hecho de haber vivido en muchos lugares distintos. ¿Eso cura de acepciones inmovilistas de la palabra "patria"?

R Sí. Vivimos tiempos en los que la identidad se ha colocado en primer lugar antes que ninguna otra reivindicación. Cuando te has movido mucho, aprendes a adaptarte al medio. Con 12 años, yo llevaba a mis espaldas 10 traslados de mi familia. Mi padre era auditor. Trabajaba en Dragados y Construcciones. Fue una época en que había muchas obras en el país. Viví de los diez a los doce años en Mallorca. Cuando llegué a la isla tenía acento madrileño después de vivir un año en la capital. Y cuando regresé a Madrid, tenía acento mallorquín. Lamento no haber aprendido catalán, pero por aquel entonces no se enseñaba en los colegios.

P ¿Continúa frecuentando Pollença

R Sí. Pero este año hemos cambiado. Hemos estado en Es Trenc. En Palma conservo alguna amiga del colegio, como Assun Planas. Mi padre venía también de una familia que se había trasladado en varias ocasiones, y nos inculcó la obligación de amar los lugares a los que íbamos. Eso nos permitió disfrutar más y padecer lo menos posible.

P Observar y escribir sobre España desde Nueva York, ¿le permite ser más objetiva?

R Hace un año que estamos en Madrid. EE UU me gustó y aprendí mucho de sus valores. Pero es un país muy duro en el que la diferencia entre estar adaptado con dinero y no estarlo es estar fuera del mundo. A pesar de todo lo que pasa ahora en España políticamente, cada vez que venía a nuestro país notaba que se rebajaba mi nivel de alerta en la calle. Estas últimas semanas tenemos la mente alterada en España. ¿Durante cuánto tiempo podremos mantener este estado de tensión? Nunca he visto que un asunto [la independencia] preocupara a tanta gente en nuestro país. Y eso que ha habido momentos duros como el de la crisis, luego el 15-M. Pero este nivel de preocupación es elevadísimo.

P A la gente le viene a la cabeza lo de las dos Españas, la Guerra Civil...

R Somos otra generación, no hemos vivido cosas espantosas, pero hay una memoria colectiva que está ahí. Hubo una serie de años que marcaron la historia de nuestro país. Ahora la calle está alterada y la clase política está incitando a esa alteración. Por eso, estoy entre los que piden que se rebaje el nivel de tensión en los discursos, porque eso tiene un impacto directo en la calle. Y los ciudadanos no van con guardaespaldas ni están protegidos en edificios oficiales. La clase política está actuando de manera irresponsable. Porque más tarde o más temprano los actores políticos de esta situación se van a tener que reunir. Y yo prefiero que sea más pronto que tarde.

P Algunos piensan que el poder judicial también está elevando el nivel de tensión a tenor de la prisión sin fianza para 'los Jordis'. ¿Qué opina?

R Hablo con mucha gente sobre este tema. Con todo tipo de profesiones, con analistas políticos, con gente del mundo de la cultura, y cada cual tiene su opinión. Yo pienso que hubiera sido mejor que no estuvieran en la cárcel o que salieran con fianza porque lo sucedido no favorece la situación. Pero tampoco quiero desacreditar opiniones que no son como la mía. En este país, hay una tendencia a desacreditar opiniones que no coinciden con las nuestras.

P Stefan Zweig escribió en El mundo de ayer: memorias de un europeo (1942): "El nacionalismo envenena la flor de nuestra cultura europea". ¿Está de acuerdo?

R No compararía momentos históricos porque es peligroso. Durante estos días, se está hablando de la Guerra Civil, de los Balcanes... Hay que intentar no comparar porque son momentos diferentes. Y hablamos en el caso de esas comparaciones de un nacionalismo que conllevó la muerte de millones de personas. Hay que tener cuidado. Ese libro de Zweig está siendo muy citado estos días porque rezuma la gran melancolía de una persona que ha vivido un mundo y ve que ese mundo es irrecuperable. Yo no veo que lo que esté pasando entre el Gobierno y el Govern de la Generalitat sea irreversible o irrecuperable. Le veo solución. Hay cierta agonía, pero no es la misma situación que en los años 30 del siglo pasado. Por ejemplo, en España el nacionalismo vasco ha contribuido a la paz del propio País Vasco. Por eso, prefiero matizar mucho con todos estos temas. España es un país pequeño y tremendamente diverso. Y hay que convivir con la idea de que hay muchas Españas. Hay que trabajar para que todos lo entendamos y podamos disfrutar de esa riqueza.

P Lo que comenta supone un cambio en la Constitución.

R Sí. Tampoco es un libro sagrado. Álvarez Junco decía que todas las Constituciones han de ser flexibles para adaptarse a los tiempos. Pero conlleva una transición hacerlo. Con transición me refiero a un tiempo de estudio. En nuestro caso, hemos aprendido que España no es uniforme. Y creo que debería abrirse un periodo para repensar cómo es nuestro país y cómo podríamos disfrutarlo de una manera no traumática.

P ¿Qué lecturas recomendaría en estos momentos tensos?

R Evitaría entrar en un ciclo en el que todos estamos colgando en Facebook frases que se dijeron en los años 40. Porque les damos una fuerza a esas frases que no nos dejan ver el presente con flexibilidad. Son días también en los que se lee con el colmillo retorcido para confirmar en esas lecturas lo que ya pensamos. Por eso, recomendaría leer algo más ligero que mejorara nuestro estado de ánimo. Ahora mismo estoy leyendo un libro sobre el que voy a escribir: Prohibido nacer, del cómico estadounidense Trevor Noah, donde narra desde el sentido del humor y despojado de todo dramatismo su vida en Sudáfrica.

Compartir el artículo

stats