-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿El mar es un deporte para ricos?"

-Si se piensa solo en yates y en grandes veleros, uno olvida las decenas de miles de deportistas infantiles que aprenden vela y practican remo en los clubes náuticos y en los pequeños puertos de pescadores. Sin olvidar que nadar en la orilla también es un deporte.

-Ordene las islas de Balears, sin diplomacia.

-En primer lugar, Cabrera porque es un espacio preservado que purifica la mente solo con imaginarlo. Después Menorca, porque ha podido salvarse en el último momento de la especulación bestia. Allí, la tramontana es la última forma de resistencia de la naturaleza a ser invadida por los que no la merecen.

-¿Participa usted de la mística de los raones?

-Es un pescado exquisito. Los he visto pescar al volantí en Formentera a unos chavales, que los vendían a un restaurante de lujo para irse a bailar a la discoteca.

-En su novela aparecen Pachá, Amnesia y Space, ¿la verdadera Ibiza?

-Para mí Ibiza será siempre aquella de un verano de los años 50, pre-hippy, a la que me invitó un amigo de la isla, compañero de colegio. Costear en una pequeña barca de vela latina, asar sardinas y dormir al raso en una cala deshabitada. Aquel silencio preternatural es todavía mi paraíso, al que regreso a veces en las noches de insomnio.

-¿El patrón del barco que ha de mandar sin que se note sirve de receta para el España­-Cataluña?

-Lo de Cataluña es el caso más explícito de un patrón incompetente, un tal Rajoy, que ha llevado el barco con rebelión a bordo a un inminente peligro de naufragio. Perder el barco es el escarnio mayor de un navegante.

-¿El “silencio atronador” de Cabrera?

-En este caso, una vez que pernocté allí, era el silencio de unos corderos cuyos balidos resonaban de noche en toda la isla. Eran corderos de la dotación del ejército.

-¿Teme más la violencia del puerto de Maó o la ‘rissaga’ de Ciutadella?

-Para mí, Maó siempre será ese milagro mediterráneo en que el claustro del convento de la Merced se ha convertido en mercado y que encima de ese mercado se halle una universidad, entre una iglesia y la lonja del pescado, con el mar abajo. La rissaga es el monstruo marino que no hubiera podido soportar Ulises. Es un peligro entre la realidad y la mitología.

-¿Llora cuando contempla desde el mar la costa mallorquina destrozada?

-Tenemos fama de fenicios, pero hemos regalado nuestro paraíso después de destrozarlo. Supongo que son miles los adánicos hijos de estas islas que se sienten expulsados de su propio paraíso, destruido por quienes no lo amaban.

-Sorprende su elogio de Sóller, que no figura en las geografías románticas.

-Es el mejor abrigo de esa costa de Mallorca. El tren que viene de Palma es un convoy romántico lleno de octogenarios que recuerdan la belleza de su juventud, aquel esplendor en la arena.

-¿Cerdeña es una ampliación de Balears?

-Decía Josep Pla: “Adonde quiera que vaya, diga ‘bon dia’ y me contesten ‘bon dia’, esa es mi patria. Esto sucede en el Alguer de Cerdeña.

-En cambio, Formentor es “una isla independiente de Mallorca”.

-Literariamente, Formentor también es un espacio mental de esfumados veraneantes glaseados de entreguerras, con pantalones blancos de pliegues, sombreros blandos y martinis.

-Su Laia no debe ser la primera mujer que ha practicado el sexo junto a la tumba de Robert Graves.

-La última mística sexual consiste en hacer el amor solitario con los atardeceres de oro, con la salidas del sol, con los valles, con los árboles y sobre la tumba de los poetas más amados.

-España solo admite presidentes del Gobierno de tierra adentro.

-Políticos deslumbrados por el secano feroz de la meseta bajo el rabo desollado del anticiclón de las Azores. No hay remedio.

-¿Qué diferencia a la corrupción mallorquina de la valenciana?

-Imagino que la corrupción mallorquina tiene una connotación mafiosa, propia de las islas, hecha de silencios, cosa de padrinos. En cambio, la valenciana es ruidosa, festiva, exterior e impúdica.

-¿Se conforma con los toros sin sangre a la balear?

-No me explico cómo no se atreven a sacudirse de encima de una vez esa ignominia.

-La disyuntiva crucial de ‘La regata’ es all-i-oli o mahonesa.

-El mundo gira, los imperios caen, las filosofías pasan, los grandes líderes son olvidados, la moral se pudre, pero el ajo y el aceite de oliva permanece intacto desde los griegos.