En ocasiones, el tiempo no hace bien su trabajo y no pone en el lugar que merecen a algunos talentos y genios de la historia. Es el caso del músico mallorquín Baltasar Samper (1888-1966), cuyo legado está siendo rescatado desde diversos flancos. El gran responsable de este rescate y relanzamiento de su figura es el musicólogo también mallorquín Amadeu Corbera, quien concentra sus esfuerzos en una tesis sobre Samper, discípulo de Enric Granados. En otro frente, y con el investigador como intermediario, está la conselleria de Cultura, que se encuentra en pleno proceso de compra del archivo personal del compositor, custodiado por el nieto en México.
Precisamente, ese país, donde Samper residió exiliado 24 años, fue visitado la semana pasada por el propio Corbera y el director Luis Ortas para rodar parte de un documental sobre el célebre músico, "citado en todos los estudios cuando se habla de compositores de antes de la Guerra Civil, pero del que curiosamente nadie sabe nada de él. Ni cómo suena su música", relata Corbera, que trabaja intensamente para que esta figura sea redescubierta a través de sus partituras, "y que éstas sean interpretadas más allá de la conocidísima Suite SuiteMallorca", un hito que podría producirse a partir del momento que todo su legado recale en el Arxiu del Regne.
El investigador ha recorrido estos últimos años diferentes archivos para dar con toda la documentación de Samper. Materiales dispersos entre Palma, Barcelona y México, lugares en los que vivió. Precisamente, esa dispersión es uno de los motivos por los que no se le ha estudiado profundamente. "Samper fue un desarraigado también: un mallorquín que se fue a vivir a Barcelona y luego se exilió a México. Eso ha provocado también que nadie le haya reivindicado. Ha estado en tierra de nadie durante 50 años", opina Corbera.
Entre partituras, cartas, fotografías y demás documentos, el musicólogo mallorquín trabaja por establecer conexiones y establecer un relato lógico y coherente. Por ejemplo, gracias a una carta en la que se escribió con Manuel Blancafort, otro compositor de su misma generación, el investigador mallorquín ha podido dar con una obra. "En esa misiva, Samper le pide a Blancafort, que trabajaba en una fábrica de rollos de pianola en La Garriga, que le impresione Danses mallorquines, pieza que estrenó en la isla en 1928", relata Corbera. "Entonces me puse en contacto con Jordi Roquer de la UAB, quien hizo una tesis sobre esa fábrica de La Garriga donde trabajó Blancafort. Y le pregunté si sabía algo de ese rollo de Samper. Me remitió al Arxiu Comarcal del Priorat, que custodiaba unos 2.500 rollos de pianola que habían sido hallados en una masia del Montsant. Fui a ese archivo y allí lo encontré. A través de la UAB lo pudimos digitalizar", expone.
Corbera tiene localizadas más de un centenar de composiciones de Samper entre obras originales y armonizaciones de obras populares. "A partir de los escasos artículos que hay publicados sobre su figura, contabilicé unas 75. Investigando, han salido unas cinco inéditas. Después hay referencias que se interpretaron en un momento determinado y también las he encontrado. Y por último hay otras que se citan en algún lugar y también las he hallado. Estas últimas están sobre todo en México", desvela el investigador. Entre todo este patrimonio musical, hay obras sinfónicas, bandas sonoras, música de cámara o música para coro. "En México hemos encontrado cosas desconocidas que me han desconcertado y no sé cómo catalogarlas aún. Por ejemplo, hemos hallado cuatro bandas sonoras cuando en principio debía haber dos. Mi duda es si las otras dos son suyas o no", comenta.
Corbera también lucha para sacar a Samper del tópico y cliché en el que se le ha encorsetado. "Se ha dicho que era folclorista. Y no sólo tiene obras nacionalistas de corte impresionista, sino que después hizo una música más politonal influenciada por Stravinsky o Bartók. De hecho, Samper es un poco nuestro Béla Bartók, ya que también fue etnomusicólogo, compositor, crítico musical, director de orquesta, pianista y hasta profesor", enumera.
"Sorprende que un personaje de Mallorca pudiera llegar tan alto. Sin duda, puede afirmarse que en los años 30 fue uno de los músicos más importantes de los Països Catalans y de España también", asegura. "El suyo es el último gran legado de un músico catalán, y digo catalán por el contexto estético y físico donde vivió y porque él decía en sus escritos que se sentía parte de Cataluña. Y digo que es el último porque la mayor parte de legados de otros grandes músicos ya están recuperados", refiere.
Aún con jet lag de México, Corbera relata que la necesidad de mostrar toda la documentación hallada le empujó a la idea de organizar una exposición o rodar un documental. "También quería mostrar parte de su fantástico archivo fotográfico. Samper trabajó para el proyecto L'Obra del Cançoner Popular de Catalunya, cuyo cometido era recopilar todas las canciones de los Països Catalans. A nuestro ilustre personaje le tocó Balears. Todos los veranos de 1922 a 1931 descubrió las islas e hizo fotos de rincones maravillosos para documentarlo todo", apunta. La intención es que el documental se estrene el año que viene, cuando se conmemore el 120 aniversario del nacimiento de Baltasar Samper.
