El titular ya lo dice todo, o casi todo. Seis bises concedió el maestro Sokolov para finalizar el recital en el que demostró, el pasado jueves, que es, si no el más grande, sí uno de los más grandes.
Con un repertorio en el que figuraban obras de Mozart y Beethoven, Grigory Sokolov captó la atención del numeroso público del Auditórium desde la primera nota.
Mozart para empezar, con las Sonatas K. 545 y K. 457 abriendo y cerrando la primera parte y con la Fantasía K. 475 entre ambas. Todo, pero, sin pausa, como si de una obra única se tratara.
El Mozart del pianista ruso es único, como lo es también el Beethoven o el Chopin. La claridad con la que nos llegan los temas, los acompañamientos, incluso las florituras que el artista se permite añadir fuera de partitura, suenan de forma única, claras, cada una por separado pero creando una sinergia que transforma las obras en nuevas.
Cuando toca Mozart, es Mozart; cuando toca Beethoven, es Beethoven. Así es la transformación del genio. Para Mozart la pulsación es la adecuada para el clasicismo, para Beethoven, en cambio, es la propia del espíritu romántico. Las dos sonatas (la Sonata 27 y la Sonata 32) del compositor alemán, que fueron igualmente interpretadas como si de una sola partitura se tratara, sonaron delicadas y efusivas, según el momento, siempre limpias, claras, impecables en definitiva.
Sokolov es un genio. Sin duda. Pero un genio generoso con su público. Con una actitud que puede parecer distante, siempre serio, sin sonrisas ni posturas atentas hacia el espectador; detrás de esa pose, se esconde un músico agradecido. Lo demuestran las interpretaciones fuera de programa. Tan buenas, brillantes y emotivas como las del recital propiamente dicho. Tanto si se trata de Chopin, como de una partitura del barroco, sea lo que sea, esas seis interpretaciones extra fueron auténticos regalos. No fueron propinas, fueron muestras de afecto.
Gracias a Oscar Caravaca y a Man Minnie Ho, fundadores y directores artísticos del European Pianofest, por haber hecho posible ese recital. Sin duda una de las citas musicales de este verano, caluroso y multitudinario.
Grigory Sokolov, piano
Auditòrium de Palma
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Obras de Beethoven y Mozart
10-08-2017
