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Contracorriente

Luis Maraver: "Viajar ha sido mi mayor escuela"

Luis Maraver: "Viajar ha sido mi mayor escuela" jozef szafranski

La pintura de Luis Maraver está íntimamente ligada a sus viajes. Cada cambio de color, de luz o de temática está profundamente influenciado por sus visitas y experiencias vividas en los cinco continentes. "Viajar ha sido mi mayor escuela", sostiene el pintor, que acaba de publicar un precioso libro que recopila fotografías, extractos de sus cuadernos de viaje, pinturas y dibujos, todo ello hilvanado por los textos del poeta Pere Joan Martorell. "Nos conocimos hace unos años y conectamos en seguida. Hace cuatro, ya publicamos otro pequeño volumen de tirada pequeña y especial porque cada uno de los ejemplares llevaba un dibujo original distinto", explica el pintor, nacido en Doñana pero mallorquín desde los 14 años. De hecho, el primer viaje que le marcó en su vida fue recalar en la isla mediterránea. "Ahora vivo en Binissalem, donde tengo mi taller también", comenta.

Hasta los 19 años, combinaba trabajos diversos con su pasión por el arte, pero fue a esa edad cuando decidió entregarse con exclusividad a los pinceles. Fue entonces cuando siguió la estela de los grandes maestros: viajó a París. "Me pareció el centro del mundo y me fascinó todo lo que vi", confiesa. La absorción de las grandes lecciones de la gran pintura europea en sus visitas a museos y galerías parisinas hicieron de aquéllos unos años muy fructíferos. "Después sentí la necesidad de regresar a mis orígenes, a Doñana. Allí me dejaron una casita para pintar", relata.

El contacto con la tierra, las nubes blancas y el paisaje sureño dieron paso a la necesidad de la urbe. La próxima parada iba a ser Nueva York, la gran metrópolis mundial de rascacielos. Asimismo, dos visitas más han influido en su producción artística: la que vivió en la selva amazónica junto a una ONG y la que le hizo recalar en la India.

Sus incursiones siempre se han caracterizado por huir de las rutas turísticas. "Mis expediciones por los países siempre han sido más profundas", confiesa. De hecho, emulando a los viajeros del siglo XIX, siempre porta consigo una suerte de libreta y una cajita de acuarelas para hacer dibujo al natural. "Recuerdo ese placer de estar delante de las pirámides y ponerme a pintarlas", evoca.

El libro, editado por Disset y que cuenta con un prólogo del escritor y articulista de este diario Gabriel Janer Manila, "ha sido como echar la vista atrás". "A muchos les recomendaría viajar. La gente se olvida de cómo es el mundo y estigmatiza mucho a los demás. Cuando viajas, descubres las cosas tal y como son y no como piensas que son", sostiene. La publicación puede encontrarse en Rialto Living, donde ahora mismo expone algunas obras, y en librerías de la isla.

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