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Crítica de cine

Un roto para un descosido

"Primero voy yo, después los perros, después las gallinas y después tu". Esta es una de las lindezas que dispara Everett Lewis (Hawke) contra su por entonces asistenta Maude (Hawkins). Una mujer cuyo único (metafórico) crimen ha sido responder al anuncio colgado en el tablón de avisos de un colmado. El segundo pecado de la mujer es ser una lisiada por culpa de una artritis reumatoide, y haber sido ninguneada y oprimida por su hermano y su tía. En su haber Maudie tiene una fina inteligencia y unas aceptables dotes como pintora. Maude Lewis y su marido fueron personajes reales que vivieron en la costa este de Canadá, la película desarrolla su especial relación. Recalca el carácter (¿un poco exagerado quizás?) asocial, tosco y amargado de él frente al espíritu positivista y luchador de ella. Salen adelante porque ella comienza a pintar cuadritos con un estilo naïf muy resultón, crecen las ventas, y él poco a poco se va congraciando con ella.

Se base más o menos en la realidad, el marido, o el hermano, podrían haber sido aún más crueles con ella. La directora y la guionista han optado por el buenismo, el feel-good, el todos rieron. Buscando a espectadores como los que abarrotaron las salas de Intocable. Ese barniz satinado, ese argumento tan previsible, chirriará a los espectadores más exigentes. Se compensa por los matices de los personajes, la sensibilidad de la protagonista y las actuaciones excelentes de Sally Hawkins y Ethan Hawke. Con papeles para lucirse, sin duda; pero logran sacarles todo el jugo con naturalidad y autenticidad, cualidades mucho más esquivas.

Maudie

***½

Nacionalidad: Canadá, Irlanda, 115 min.

Director: Aisling Walsh

Actores: Sally Hawkins, Ethan Hawke, Kari Matchett, Zachary Bennett

Cines: Augusta, CineCiutat

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