-¿Está Miró ganando terreno en los últimos años a nivel de exposiciones internacionales?

-El problema es que Miró no está lo suficientemente estudiado. Hay épocas muy distintas en la obra de Miró y normalmente en las grandes exposiciones antológicas se muestran obras de los años 20, 30 y 40. Es el Miró clásico y sobre todo pictórico. Y hay toda una parte de su obra que está bastante eclipsada, como la pintura de los años 60 y 70. Y aquí, en la exposición Miró mai vist, tenemos una representación bastante buena de toda esta época de Miró en la que el artista también trabajaba la escultura, el grabado, el tapiz, los tejidos. Es un Miró bastante complejo.

-¿Más complejo que el de la pintura?

-No se trata de más o menos. En los 60 y los 70 los medios que utilizaba son distintos. Fue más allá de los empleados en los años 20. En esta exposición, por ejemplo, tenemos a un Miró muy experimental, más gestual y expresivo. Que trabajaba en formatos más grandes. Yo diría que tenía en esos momentos preocupaciones distintas a las de los años 20 o 30. Ahora mismo hay muchas exposiciones de Miró en la Península Ibérica. Tenemos cuatro colecciones públicas: la fundación de Palma, la de Barcelona, la del Museo de Serralves de Portugal y la colección que viene por parte de la familia en la Fundación Mapfre de Madrid. Y esto da toda una visión muy completa del artista.

-¿A Miró se le entiende mejor ahora?

-Yo diría que sí. Soy director de un grupo de investigación. Y la idea es profundizar en los estudios mironianos.Por ejemplo, en la fundación donde soy patrono tenemos una colección de 13.000 imágenes y el epistolario, que es poco conocido. Y ahora en lugar de repetir tópicos sobre Miró tenemos que ir más allá y profundizar más en la obra a través del archivo y de las obras menos apreciadas pero que son piezas importantes.

-¿En qué aspectos se ha puesto más énfasis en los estudios de Miró?

-El enfoque central de Miró siempre ha sido a través de las exposiciones antológicas, con la pintura hasta los años 40, la escultura en los 60-70 y una pequeña representación del grabado. Ahora es un momento bueno para centrarnos en cada una de esas épocas. Pero hay un problema. La monografía básica sobre Miró de Jacques Dupin, una obra maestra, está escrita en el 61 y todo el detalle se vuelca en las primeras décadas. Después se revisó en el centenario de Miró en el año 93, pero seguía habiendo menos concentración en las últimas etapas. Esto perjudica un poco su estudio porque los historiadores que no conocen la obra a fondo de Miró no saben qué hacer con la obra posterior, la de los años 60 y 70.

-¿Cuáles son las últimas investigaciones sobre el genio?

-Hicimos un simposio en Madrid, con motivo de la exposición de Miró y el objeto, sobre su escultura. Y abrimos a un público más amplio de investigadores, de gente que nunca había tratado la obra mironiana pero que son expertos en la escultura de otros artistas del siglo XX. Y los resultados fueron fenomenales. Además, uno de los grandes legados de Jacques Dupin es el catálogo razonado que hizo con la galería Lelong. Son catorce volúmenes con toda la obra gráfica, pictórica, escultórica y cerámica. A través de estos volúmenes ahora podemos estudiar día a día y mes a mes todo el desarrollo de la obra de Miró. Y esto va a cambiar totalmente la visión que tenemos de él.

-¿Es el aspecto político el más polémico cuando se habla de Miró?

-Miró no era un artista político en el sentido normal de la palabra. Nunca se declaró a favor de partido alguno. Pero es normal que estuviera involucrado en lo que le tocó vivir e hizo declaraciones a favor de Cataluña durante los años 60. Y esto es un hecho político en sí, pero no partidista. Miró era republicano, no hay duda, pero hablar del catalanismo de Miró es más bien un hecho cultural que político. Si entramos en la política, cuando hablamos de Miró es un callejón sin salida. Miró se decantó por un catalanismo más universal, de aspecto cultural, implicado pero sin ser político.

-Picasso, Matisse y Miró son el gran triunvirato del XX. ¿Qué línea de trabajo legó el catalán a la plástica del siglo XXI?

-En los ochenta algunos críticos declararon la muerte de la pintura. Yo diría que Miró renovó la pintura sobre todo en los setenta. Y él es un ejemplo, el artista ejemplar, para la renovación de la pintura en el siglo XXI. Es una cuestión no tanto de formas o estética, sino de ética, de querer llevar la pintura más allá. Y de contagiar la pintura con la escultura, el grabado, el collage, el tapiz.