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Alfonso de Vilallonga: "Nunca me he aprovechado de mi origen aristocrático"

El barón de Maldà y sobrino de José Luis de Vilallonga estrena hoy en el Principal 'La note d'à côtè'

Alfonso de Vilallonga tocando el piano. pau ros

Entre el cabaret y el teatro musical se sitúa La note d'á côtè, el último espectáculo del ganador de un Goya Alfonso de Vilallonga. El actor y músico, también barón de Maldà y Maldanell y de Segur y que aterriza en el Principal hoy y mañana a las 20 horas, repasa en clave de humor y frente a un piano muchas de sus vivencias personales y profesionales. "Hay básicamente dos hilos conductores en el montaje: uno de ellos tiene que ver con la equivocación y el error, muchas veces la espita que enciende un gran descubrimiento", sostiene. "En la educación clásica de los músicos, esos errores te paralizan. Yo estoy en contra de que eso sea así", apunta. El segundo hilo es la historia de su familia. "Hago una constelación familiar y hablo también de la rama aristocrática", señala.

En este punto, cabe señalar que Alfonso es sobrino de José Luis de Vilallonga. "Siempre he pasado bastante de este tema. En Barcelona me costó mucho salir de las páginas de sociedad de los diarios. En lugar de hablar de mi música o mis conciertos, hablaban de mi familia y de mi ascendencia", relata. "En este país donde la cultura es tan básica, he querido siempre darle a entender a la gente que uno es lo que hace y no de lo que viene", añade. "Lo que está claro es que yo no me he aprovechado para mi trabajo de dónde vengo", asegura. "En el espectáculo, trato todas estas cuestiones con mucho humor", apostilla.

El montaje está más vestido que un cabaret tradicional. "La escenografía y la iluminación son más de musical". Pero la espontaneidad y el margen que hay para la improvisación son propios del género que floreció en el periodo de entreguerras. "También hay algún apunte político", avanza De Vilallonga, "en concreto sobre Cataluña", desvela sin querer descubrir más. "Personalmente, en esta cuestión, más que el qué no me gusta el cómo se están haciendo las cosas. En realidad, la independencia o no independencia me da igual. Tiendo a pensar que es mejor estar juntos, pero todo es entendible. Es un tema que no cesa y cuya solución no se acaba de ver", opina. "Todo esto del procés también lo trato con humor y simpatía, que siempre ayudan", señala.

El actor y compositor estudió música en la reputada Berklee. "En aquellos años estaban por allí los grandes dinosaurios del jazz. Ahora mismo esa escuela no tiene nada que ver. Ahora estudian música pop, ingeniería de sonido y casi nada de jazz", explica.

Las circunstancias abocaron a De Vilallonga al cine. "Empecé con Isabel Coixet en Cosas que nunca te dije. Nunca había hecho bandas sonoras, pero la suerte es que había estudiado composición", relata. El volumen de trabajo fue creciendo hasta que Pablo Berger se puso en contacto con él para hacer la partitura de Blancanieves. Con esa cinta le llegó el reconocimiento, un goya a la mejor Música Original. "Fue un trabajo duro porque tuve que darle tratamiento de cine mudo. La música era a veces los efectos. Gran parte de ésta iba muy sinconizada con las imágenes. Eso fue complicado. Conté con una orquesta y un arreglador que me ayudaron mucho", indica. "La verdad es que me gusta más volar con la música y ser menos esclavo de la imagen", agrega.

Su último proyecto es la última de Isabel Coixet, The Bookshop, "donde además de la banda sonora hay tres composiciones mías".

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