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Mal de piedras

Titulo la reseña con la traducción del original del filme y la novela de Milena Agus. Curioso, escritora italiana cuyo libro, éste, ha sido superventas en Francia. La historia es un drama romántico rural ambientado en los años 50 y 60 del siglo pasado. En una familia de campo acomodada, la hija mayor (Gabrielle/Cotillard) tiene un carácter explosivo y rebelde. Se enamora de su profesor de instituto y monta un psicodrama tras ser rechazada. Sus padres le ofrecen un guatemala-guatepeor: ingresarla en un internado mental o casarse con el temporero español más decente ( Brendemühl). Acepta lo malo (boda) y poco después se confirma que sufre cálculos renales. Acude a un sanatorio suizo y allí conoce a un joven y noble repatriado de la guerra de Indochina ( Garrel) del que se enamora perdidamente.

El argumento no rebosa originalidad. Sin embargo los personajes tienen suficiente vida, matices. Sobre todo el de Gabrielle. Sus prontos, sus rarezas son muy creíbles, acentuados por los forceps, el agobiante micromundo de la burguesía rural. Esos amores desesperados ¿son provocados por sus desvaríos o por la claustrofobia social? Es un tema reiterado en literatura y cine que sigue vigente. El marido también tiene cuerpo. Es un tanto tosco, y aprovecha bien el inesperado ascenso social, pero está enamorado de ella. El joven militar enfermo es más literario, demasiado etéreo. El triángulo funciona, reforzado por las interpretaciones. La de Cotillard muy expresiva y adornada; la de Brendemühl (protagonista años ha del filme mallorquín Yo) muy contenida e igual de potente. La dirección de Nicole García, afinada. Buen drama, con un puntillo de Yourcenar y otro de Joyce.

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