Tomeu Caragol (Tomeu Riera Truyols. Manacor, 1964) es caçador de dimonis, "una nueva profesión que ha salido en Mallorca". Advierte que su trabajo no tiene nada de cazavampiro. Los capta con su lápiz, su rotulador o su photoshop con la misión de catalogarlos. "Soy como un funcionario del infierno encargado de clasificar todos los dimonis que van saliendo, además de los recuperados y de los que tienen más de 300 años". El fundador de los Boiets de foc de Vilafranca recalca que la isla cuenta con cientos y cientos de dimonis. Hay un boom y la pasión de los mallorquines, sobre todo, de los pequeños de la casa va en aumento. Su conclusión es clara: "en Mallorca no hay banyes para tantos dimonis". Es autor del Dimoniari. Tiene tres libros publicados y ya trabaja en el cuatro. Sus dibujos y sus caricaturas ilustran camisetas, juegos de cartas, cds como Bimbimonis e, incluso, cuentos como Retxes dins s´aigo.

P ¿De dónde surge su pasión por ser un caçador de dimonis?

R Voy a las ferias y pinto a mano camisetas de dimonis para los niños. Todo empezó cuando hice una del Dimoni Gros de Manacor hace 10 años. La caricatura gustó mucho en una feria de Sa Pobla. Luego tenía que ir a la de Montuïri y decidí pintar el suyo. Así a cada pueblo que acudía, llevaba camisetas con su figura. De esta manera, iba descubriendo nuevos dimonis. Llegó un momento que los tenía expuestos y clasificados por pueblos para que la gente se diera cuenta de que en cada municipio había uno diferente. Esto llamaba la atención. En algunos pueblos no lo asimilaban porque solo veían el suyo. Lo de ir recopilándolos nunca se había hecho. Llegué a tener tanta información que así surgió a finales de 2009 el primer Dimoniari. Es un libro que gusta mucho a los niños y a las maestras que se lo llevan para la escuela. También gusta a los mayores y a la gente que es dimoni.

P ¿Qué es un dimoni para Tomeu Caragol?

R Es nuestra seña de identidad. El dimoni de nuestro pueblo es diferente al del vecino, nos representa y cuando lo vemos, nos emocionamos y nos sentimos ligados emotivamente a él. Los dimonis mallorquines son, como decía Guillem d´Efak, dimonis de panfonteta, inofensivos que sus fechorías no iban más allá de romper jarras en la Beata. No son dimonis satánicos. Hago dos distinciones. Hay los tradicionales y los de correfoc, que surgen de la Nit de Foc de l´Iguana. Sant Joan empezó en 1993 con los correfoc que eran similares a Cataluña. Luego vino Sóller que se parecían a la Iguana. Alaró insistió en lo de Cataluña y el resultado final ha sido una fusión del baile de diablos de Cataluña y el dimoni tradicional a través de la Nit de Foc de l´Iguana.

P ¿Un dimoni es un dimoni o es una persona disfrazada?

R Si lo preguntas a Tomeu Caragol, el autor del Dimoniari, te dirá que son personas disfrazadas pero si se lo preguntas al caçador de dimonis te dirá que son de verdad. En casi todos los pueblos existe este sentimiento de que el dimoni es el dimoni. Es una seña de identidad, una mezcla de veneración, atracción, miedo...

P ¿El dimoni da miedo?

R Hasta los doce años tenía miedo del Dimoni Gros de Manacor pero hoy en día los niños no le tienen miedo puede ser en parte por mi culpa porque hace 10 años que les vendo caricaturas en forma de camiseta. El dimoni no tiene que dar miedo, tiene que imponer respeto pero es un seña de identidad.

P ¿Cuáles son los primeros documentados en Mallorca?

R Los primeros fueron a finales del siglo XV en las procesiones del Corpus en Sóller. En el siglo XVII aparecen las danzas rituales de los Cossiers y a finales del XVIII en las fiestas de Sant Antoni.

P ¿Cuál le falta por cazar?

REl de Lloseta. Me han dicho que ha salido uno nuevo y aún no he visto ninguna foto. Estoy a la espera de obtener información. También he conseguido unas fotos de los de Pina que son nuevos de este año.

P ¿Cuál ha sido el más difícil de cazar?

R El de Santanyí. No había manera de cazarlo. Un día me paseaba por la fira y di con él. Resulta que su dimoni se confunde con los cabezudos. Es muy antiguo. En algunos pueblos me ha costado mucho dar con ellos. Es el caso de Calonge.

P ¿Como Caçador de Dimonis cuál es su preferido?

R Normalmente uno dice el de su pueblo pero en una entrevista respondí que mis preferidos eran los de Capdepera. Estéticamente me gustan y su rivalidad con los de Artà, también. ¡Los propios gabellins me riñeron. Me decían que a cada uno le debe gustar el de su pueblo!

P Cada día surgen nuevos dimonis. ¿Hay boom?

RQuería publicar el Dimoniari 3 por Sant Antoni pero no había manera de cerrarlo porque siempre recibía información nueva. Lleva cuatro meses publicado y ya han surgido nuevas colles.

P ¿La tradición está garantizada con esta pasión que sienten los niños?

R¡Sí! Y no solo gustan a los niños, a los adultos también. Lo que ocurre en Mallorca con el dimoni, no lo parará nadie. Al principio hablamos con Miquel Àngel Tortell que corríamos el riesgo de morir de éxito pero han transcurrido seis años y el éxito sigue igual.