Miembros del jurado que ha otorgado hoy el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades a Les Luthiers han destacado la amplia proyección internacional del grupo argentino, la promoción que han hecho de la cultura iberoamericana, y el uso inteligente que hacen de la palabra y la música para conectar con el público.

La siguiente entrevista al grupo fue realizada el 7 de octubre de 2015, con motivo de su gira española y su actuación entonces en Oviedo:

"Les Luthiers" bromean, más bien hacen arte con su humor, desde el minuto uno. Empiezan por vacilar en el hotel Reconquista de Oviedo con otro hotel de la competencia y con su pose, con los pies encima de la mesa. Ya cambiando de ubicación, la charla prosigue hablando de su vida y obra y hasta de fútbol (algunos estuvieron en el derbi madrileño).

La charla es distendida, con golpes de humor en muchos momentos, reflexiva en otros, con un repaso artístico como hilo conductor. La conversación es con el citado Marcos Mundstock, Jorge Maronna y Martín O'Connor.

"Oviedo es el inicio de una gira antes del aterrizaje de la temporada larga de Madrid; es para lo que llamamos la traducción al español de aquí de algunas palabras. De pronto decimos 'lo internaron', cuando aquí es 'lo ingresaron'". Pero sí, prosigue Mundstock, "es cierto que venimos a Oviedo con gran placer desde 1989 a cada tanto", matiza. Y siguiendo por Oviedo se les recuerda que han sido candidatos varias veces a los premios "Princesa de Asturias". También tiran de talento: "¿Para cuándo. Venimos en octubre, ¡avisar: oiga, que estamos aquí", bromea Mundstock, que añade: "Tiene su ventaja. Al que ya se lo dieron, chao. Nosotros, como siempre estamos nominados, tenemos prensa y titulares".

Se les plantea realizar una nueva obra inédita ("¡Chist!" es una antología) como "Lutherapia". Jorge Maronna dice no, por ahora. "La idea es otra antología. Las nuevas obras son muy estresantes, mucho trabajo desde que se escribe hasta que se agrega música. Una tarea linda, pero muy cansada", explica. "Tenemos mucho material y no tenemos previstos ser más jóvenes dentro de unos años", interpela Mundstock.

Es material creado en sus 48 años de existencia. Lo que lleva al origen del grupo, la "Cantata Laxatón", que escribió Gerardo Masana hace cincuenta años. "No hay un guiño en '¡Chist!', pero sí lo recordamos tanto... que usted también se enteró", sentencia Mundstock. Fue iniciativa de Jorge Maronna como homenaje a Masana: "Merecía ese homenaje. Murió tempranamente y no llegó a aparecer en ninguno de los DVD o grabaciones", puntualiza Maronna.

En cuanto al perfil de su público, lo tienen claro: "Es el que tiene hábito de ir al teatro; ésa es una posibilidad, otra es que sea un público que pide un humor más elaborado, ingenioso, con estilo". Martín O'Connor apunta una interesante teoría: "La gente no va a la ópera porque piensa que no la entiende, pero el arte no se entiende, se disfruta".

"Políticos corruptos"

Sobre "¡Chist!" cuentan que "el eje es la historia de dos políticos corruptos que van a ver a un músico y modifican el himno nacional para sus fines electorales y/o corruptos". Luego se incluyen números clásicos de "Les Luthiers": "Hay de todo, 'Manuel Darío', 'La bella...", 'La hija de Escipión', con música medio mozartiana, y un estreno aquí, el dúo folk ecológico. Además del encuentro en el restaurante, el rap, los consejos para la educación sexual... Cerca de dos horas de show".

No les llama la atención escribir una obra sobre políticos y corrupción en estos tiempos de abundancia de ambas degeneraciones. "No es nuestro oficio. No, desde ya que no. Cuando se nos ocurre una idea similar se justifica porque tiene que ver con la música y un himno y eso pertenece a nuestro espectro", apuntan. En agosto falleció un clásico del grupo, Daniel Rabinovich. También tiene un punto de fina ironía Marcos Mundstock: "Fue duro", dice con gesto apenado, pero en seguida desdramatiza. "Además, los reemplazantes son muy flojos", vacila a O'Connor, que está sentado a su izquierda.

El recuerdo a Rabinovich da para acabar en el fútbol. Mundstock y él siempre iban al fútbol estuvieran donde estuvieran: "Tuvimos suerte de ir al derbi madrileño el otro día. Es increíble cómo abuchean a Ronaldo". "¿Habrá salido de la cantera?", pregunta con cierta inocencia Jorge Maronna. "Los únicos de fútbol éramos Daniel y yo; Martín también y tiene equipo", desvela Mundstock.

¿De Boca o de River?

"Del segundo mencionado", bromea de nuevo con su compañero Mundstock. "Una de las cosas que yo tenía con Daniel era el fútbol. Fue muy duro su muerte. El atenuante que hemos tenido es que hace meses que trabajamos sin él. La despedida se extendió y nos acostumbramos".

Y en este punto se explica Martín O'Connor cuando se le pregunta si le da vértigo integrarse en "Les Luthiers". "Cuando ingresé era para remplazar a Daniel y Marcos. Pero sí, de pronto como si me contratan en Barcelona para reemplazar a Messi y Neymar. ¡No voy a tirar tres caños! No. Daniel es inimitable. De hecho, somos dos artistas para reemplazar uno. Tato (Horacio Turano) es más musical y mi papel es más actoral. Y hasta ahora la respuesta del público es grata", argumenta.

Sobre cómo pasa el tiempo por su obras cuentan un curioso caso que tiene que ver con lo mal que envejecen algunas: "Nos pasó con 'El rey enamorado', con la que la gente se moría de la risa. De pronto, en Rosario, un silencio en todos los chistes. ¡No se reían nada! Salimos y nos miramos desconcertados. Nunca supimos muy bien por qué había envejecido. Otra propuesta fue 'Cartas de color', que también descartamos".