Las puertas del Teatre Principal estaban abiertas de par en par, ocupadas por un mar de gente que llegaba hasta la calle. Las luces del interior estaban encendidas y en lo alto de las escaleras que llevan a la Plaça Major, la puerta de los artistas también abierta. Era el primer viernes de mayo y el Principal se había vestido de estreno. Y no un estreno cualquiera, sino el de una ópera del siglo XXI con firma mallorquina, sobre una intelectual española del siglo XX que luchó por la cultura.

Eran cerca de las 20 horas de la tarde y el carrer de la Riera seguía iluminado por el sol del atardecer, ligeramente tapado. La gente iba llegando al Principal y se sumaba a las decenas de personas aglomeradas en el hall del teatro. Algunas hacían cola en la taquilla para adquirir su entrada, otras accedían al interior para buscar su sitio asignado y no faltaban quienes esperaban a sus acompañantes y conocidos. Todos arreglados para la ocasión. Formales, no de gala.

Una vez en el interior del teatro, el público se encontraba con la antesala desde la que podían acceder al patio de butacas o a los palcos. En dicha antesala, junto a la escalera que llevaba al patio, había instalada una barra con comida y bebida. Más como una alternativa para picar y calmar el hambre o la sed, que una opción para cenar. Pequeñas empanadas y bocadillos, refrescos o agua, era cuanto podía ofrecer el camarero tras la barra previo pago.

Pero de comer no trataba el evento, sino de ver el estreno de una obra. Una ópera compuesta por el mallorquín y Premio Nacional de Música, Antoni Parera Fons; con libreto de Lucía Vilanova y cuya escenografía y dirección de escena lleva el sello de Paco Azorín. La obra se titula María Moliner y trata sobre la vida de la filóloga, interpretada por la soprano María José Montiel, pero no es biográfica.

Una ópera contemporánea

María Moliner es una obra actual que homenajea a una mujer que, a pesar del rechazo y el machismo, trabajó por y para las palabras. Aunque paradójicamente, al final de su vida perdió su saber por culpa del alzheimer. Autora del Diccionario de uso del español, desafió a la RAE. Dividida en diez actos, la obra gira en torno a los años en que empieza a trabajar en su diccionario y llega hasta sus últimos días.

Antoni Parera se paseaba por la antesala. Saludaba a la gente y cuando podía, le daba la bienvenida al público. "Par mí es una satisfacción ver que el Principal ha apostado por una ópera que no es clásica y que no se ha representado infinidad de veces. Pero también es una satisfacción ver la respuesta e interés del público por la obra. Y sin lugar a dudas, siempre es motivo de orgullo poder estrenar en tu casa", aseguró el compositor mientras saludaba a una conocida.

La ópera había alcanzado un lleno casi completo. En los palcos, aunque ocupados, quedaban algunas localidades vacías. En cambio, el patio de butacas estaba prácticamente completo y la gente seguía entrando.

Desde el foso llegaba el sonido de los instrumentos, tapado por las conversaciones del público. Los músicos de la Orquestra Simfònica de les Balears se preparaban para el espectáculo. Calentaban, comprobaban la afinación y colocaban las partituras sobre los atriles.

En la antesala, además de Parera, también estaban el director del Principal, Carlos Forteza; el vicepresident del Consell, Francesc Miralles, y la consellera de Cultura del Govern, Fanny Tur. A la ópera también asistieron personalidades del mundo de la cultura como Biel Mesquida, Guillem Frontera, Maria Antònia Oliver, Maria del Mar Bonet o Miquel Àngel Rayó, entre otros. Los últimos rezagados del público se dirigieron a sus butacas y las puertas se cerraron. Estaba a punto de comenzar el estreno de la ópera María Moliner.