La danza urbana de la isla tiene "un nivel brutal" y sale a demostrarlo en las competiciones, a nivel nacional e internacional. Es el caso del grupo Juvenil de la Academia Da House of Dance de Palma que ya está en la cuenta atrás para su actuación en Urbance, en Barcelona.

Son muy jóvenes (entre 10 y 15 años), aman el baile y entrenan como profesionales. Gillian Olivas Campos, a sus 18 años de edad, es la veterana que guía a este conjunto de bailarines en sus coreografías más intrépidas. Su esfuerzo, talento y disciplina será sometido al veredicto de los jueces del baile urbano, el próximo 13 de mayo, en la ciudad condal.

"Nuestra motivación es que estamos trabajando algo nuevo para la categoría en la que nos vamos a presentar", explica Gillian con una gran experiencia y reconocimiento como bailarina que la ha llevado a dar una masterclass en Rusia. "El estilo de los niños generalmente es más fácil, pero nosotros queremos demostrar más técnica y control", argumenta con entusiasmo y espera "que eso sea valorado" por el jurado.

La competición va ligada a la profesionalización de los bailarines, que además de llevarse un trofeo o un diploma, o premios en metálico -si son de las categorías superiores-, consiguen abrir puertas con matrículas gratuitas a otros campeonatos o masterclass y workshops con los mejores del mundo. La solidaridad es otro punto a destacar de Urbance, que este año cambia clases por donativos para El banco de Alimentos.

Desde 2008 a esta parte, "la danza urbana ha crecido a pasos gigantes en la isla", afirma Sergio Carreras, bailarín, cantante, actor de musicales (Grease) y director de Da House of Dance. A sus 25 años es todo un referente para los pequeños que se inician en el mundo del baile. Con su grupo de bailarines lleva entrenando unos cuatro años y en 2014 quedaron los primeros de España. Por su experiencia, puede asegurar que cuando "la danza urbana de la isla sale a la península es mirada con muy buenos ojos, hay un nivel brutal en Mallorca".

La academia del Coll d'en Rebassa se inauguró en septiembre del año pasado y no deja de recibir alumnos y sumar nuevas clases desde danza clásica, contemporánea, a cabaret y electrodance. En esta escuela ha quedado demostrado que el hip hop o la danza urbana no es solo cosa de niños; el grupo de adultos (de entre 30 y 50 años) comenzó el año pasado con dos alumnos y ahora ya son una docena de bailarines moviéndose al ritmo de los más jóvenes.