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Crítica de arte

El arte ausente, o casi

Obra de Teresa Matas.

La obra de Teresa Matas se sustenta en varios vectores que condicionan toda su producción. De una parte, su obra se acerca tímidamente a la reivindicación del feminismo, no tanto como activista sino más bien como defensa de género, en este sentido, acumula los tics del arte de género y ninguno del feminismo (compromiso, reivindicación, violencia, transgresión, sexo€ sin necesidad de seguir el dictado de Camille Paglia). Por otro lado, su evidente proximidad con otras artistas (Annette Messager, Esther Ferrer, Ana Mendieta, Ghada Amer, Shirin Neshat, Helena Almeida, Bourgeois, Marina Abramovic, Susy Gómez...), inspiración y/o plagio, frena cualquier credibilidad pese a los denodados intentos de desprenderse de los rasgos más evidentes.

Su obra pictórica, en especial la de los noventa, tiene un sustrato informalista cuya principal presencia plástica es su negritud, color, por cierto, impregna casi toda su obra y se anuncia en el título de la muestra. Sus vídeos, tienen una fuerte carencia de fisicidad, cuando ella se expone a la mirada de la cámara, despojados del dramatismo que sí parece buscar con la acción escenificada. En otros, prevalece una valor antropológico, casi documental, incapaz de transmitir valores artísticos o plásticos. Finalmente, sus vestidos y ropajes podrían formar parte del armario de representación operística o teatral, por ejemplo cualquiera de Lorca.

Monica Ross, fallecida en 2013 a los 60 años, fue performer, con trabajos multimedia y numerosos dibujos, feminista activa autora de textos y comisaria de numerosas exposiciones, y explicaba siempre que la totalidad de su obra trataba los acontecimientos y la cultura como elementos transformadores de la sociedad sin obviar la memoria y la historia. En algunos momentos de sus vídeos y en otros de su obra plástica, Teresa Matas, parece acercarse a las tesis de Ross por cómo trabaja su obra a través de un relato imaginario pero que no consigue explicitar. Ya mismo, en el subtítulo de la exposición como "revisión desde la contemporaneidad" (sic), busca situarse en una posición de privilegio sin enseñar ninguno de sus argumentos conceptuales, sin un razonamiento explícito: al contrario, asistimos a una retahíla de obras de contenido formal pero carentes de la menor sensibilidad subjetiva, posa, pero no está.

El recorrido de la exposición se inicia con la serie "Autoretrats", fotografías, collages, impresiones digitales, crean un significativo recorrido sobre su propia imagen. Sin duda, la mejor parte de la muestra, al dejar un rastro personal, pleno de sentimiento y sin efectismos. "Éssers" presenta una fantasmagórica recreación de un espacio cuya pretensión tautológica se desvanece por pura incoherencia ante la falta de discurso. Elementos y ropajes dispuestos como para una kermesse paródica. A su lado, la sobriedad de las "Cuirasses" mantiene el rigor que muestran esas planchas de zinc que funcionan tanto como escudos protectores como ex-votos o relicarios, piezas que evocan tiempos remotos (o no tanto) y que sirven a Teresa Matas para mostrar su visión más feminista.

Los vídeos y performances realizadas por Matas desde los noventa hasta la actualidad, muestran una imagen naif y bien intencionada, resultan de un interés relativo. Para el final de la muestra (aunque depende del espectador como realice la visita), "Teles" deja su huella más pictórica a través de patchworks, remiendos e intervenciones deudora tanto de la influencia artística contemporánea como de la artesanía o la manualidad. En resumen, una muestra irregular en su vertiente artística y prescindible por la ausencia de valores plásticos y conceptuales.

*Teresa Matas

Perquè em vesteixo de negre si estimo tant la vida?

Es Baluard. Palma

Hasta el 7 de mayo

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