Tras el semibache de El pasado (2013), Asghar Farhadi ¿casi? alcanza el listón de Nader y Simin una separación (2011). Argumento: Un matrimonio burgués iraní. Él (Hosseini) es profesor de instituto, ella (Alidoosti) ama de casa; ambos, como actores aficionados, están a punto de representar El viajante de Arthur Miller. Por unas grietas en su edificio se ven forzados a abandonar su piso y se mudan a uno vacío de un colega. Un día ella abre la puerta de la nueva casa creyendo que es su pareja y se cuela un extraño. La pareja no denuncia el asalto por evitar que se airee el error de ella.
No acabo de ver la vinculación temática de la obra de Miller con la crisis de la pareja. Sí la metáfora de las grietas, similar a las vallas de Fences. Más que justicia tosca o manipulada, Fahradi apunta unos pilares, una raíz cultural podrida. Una sociedad con demasiados remanentes tribales, un patriarcado, un machismo, omnímodo. La desconfianza hacia policías y jueces acaba dinamitando a la pareja. Cuando el profesor/actor busca al asaltante la película muestra que la frontera entre justicia y venganza no es que sea fina, sino que es variable. Pasar página es prudencia y a la vez cobardía, promover la impunidad; tomarse la justicia por la mano es abrir la espita de la revancha más individualista, más subjetiva aún que un código penal ya bastante cuestionable. Guión soberbio, actuaciones impecables, drama potente y más universal de lo que aparenta. El machismo que denuncia Farhadi está tan vigente en Irán como en muchísimas otras naciones.
