Dos décadas después, el valeroso general Macbeth, su mujer, su fiel compañero de armas Banco, el revanchista Malcolm y las brujas se instalaron en el Principal para brindar una ópera, la de Giuseppe Verdi, compositor siempre aplaudido en Palma, que satisfizo a los espectadores que abarrotaron el Teatre.

El estreno de la 31 Temporada d'Òpera i Ballet del Teatre Principal fue concurrido, como también está previsto que lo sean las funciones programadas para los días 10 y 12 de este mes -para la del próximo miércoles, que coincide con el Barça jugando la Champions, sí quedan muchas entradas a la venta-. Programar este clásico de Verdi para la inauguración del ejercicio operístico de 2017 ha resultado un acierto, vista la respuesta del público, en número y aplausos. Como también lo ha sido el cuidado diseño de un programa de mano en tres lenguas -catalán, castellano e inglés- y los subtítulos de una ópera compleja y larga, una obra que, como bien recordó el director musical Andrés Salado, es "oscura con momentos de absoluta belleza".

Darío Solari (Macbeth) y Maribel Ortega se erigieron en protagonistas de una velada que encontró sus momentos culminantes en la interpretación de arias como Nel di della vittoria io le incontrai o Una macchia è qui tuttora; y que tuvo guiños al presente más negro, el del drama de los inmigrantes, con el Coro de los Refugiados Escoceses, en el último acto.

Frente al derroche de miserias y vicios de Macbeth, algunos de los rostros conocidos que acudieron a la representación expresaron sus deseos antes del inicio de la función, caso del director del Principal, Carles Forteza, quien espera "aumentar la accesibilidad del público durante esta temporada"; o su antecesor en el cargo, José M. Moreno, seguro de que el Cor estaría "brillante" en una función que predecía "redonda". También asistieron el cantante de Antònia Font, Pau Debon; el fotógrafo Agustí Torres; la exalcaldesa Catalina Cirer; o el vicepresidente del Consell Francesc Miralles.