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Los Oscars bailarán al ritmo almibarado de ´La La Land´

´Comanchería´ es cine de verdad, por lo que tiene todas las de perder frente a ´La La Land´. Esta versión demasiado hablada de ´The artist´ es un homenaje a Hollywood y a San Valentín, tan fácil de consumir como de olvidar. ´Comanchería´ remueve, ´La La Land´ no deja resaca.

Los Oscars bailarán al ritmo almibarado de ´La La Land´

Hollywood insiste en copiar la gran gala de los Goya del cine español. Las películas sirven apenas de excusa para el concurso. De hecho, haber visto las candidatas constituye un serio inconveniente para enfrentarse a la ceremonia de los Oscars. Las estatuillas bailarán este año al ritmo almibarado de La La Land, inevitable monopolizadora de la sesión.

Oscar a la mejor película. La ganadora es La La Land, versión demasiado hablada de The artist. Homenajea a Hollywood y a San Valentín, es tan fácil de consumir como de olvidar. No deja resaca. La mejor película americana del año es Comanchería, cine de verdad que remueve las tripas. La segunda es Figuras ocultas, optimista sin las trampas de La La Land. La tercera es Hasta el último hombre, seguida de La llegada y de Manchester frente al mar, versión nevada de Los descendientes. Olviden Lion, secuela de Slumdog Lionnaire.

Mejor disparo. A Bella Heatchcote, por su tiro con pistola a Dakota Johnson en Cincuenta sobras más oscuras. Por exigencias del guion y para desgracia de los espectadores, no dio en el blanco.

Mejor director. Ganará Damien Chazelle por La La Land, aunque solo tiene mérito por el número musical de apertura y por haberse empapado de La gran belleza. Por su esfuerzo, debería imponerse Mel Gibson con su película pacifista Hasta el último hombre.

Mejor fotografía. No sé lo que es eso.

Mejor actor. Si el impávido Ryan Gosling no se deja arrastrar por la marea de La La Land, la estatuilla lleva el nombre de Casey Affleck, por encarnar a un votante solipsista de Donald Trump en Manchester frente al mar. Sin embargo, el ganador debería ser Viggo Mortensen por su insuperable Captain Fantastic, y a nadie le cuesta admitirlo más que a mí.

Mejor actor que se deja matar aliviado porque así desaparece de una película embarazosa. A Paul Giamatti, el psicólogo feliz de ser devorado en Morgan.

Mejor actriz. Un cuarteto extraordinario, con triunfo adjudicado a la chispeante Emma Stone de La La Land, la actriz que no necesita parecer hermosa para serlo. Por este orden, Meryl Streep lo merece para su rica perdedora de Florence Foster Jenkins, al igual que Isabelle Huppert por la inflada Elle o Natalie Portman por su esfuerzo de contención no siempre feliz en Jackie.

Mejor actriz con voz aguardentosa desde Lauren Bacall. Para Jennifer Lawrence por Passengers, superior a la alienígena La llegada en su versión de Nueve siglos y medio a bordo del Nautilus. En segunda posición, el irresistible maullido rasposo de Emma Stone en La La Land, el amor en los tiempos del PP/PSOE.

Mejor actor secundario. Adjudicado de antemano a Jeff Bridges por el sheriff escéptico de Comanchería, corresponde en realidad a Michael Shannon por el policía abrasivo de Animales nocturnos, otra película con Amy Adams como casi todas. A cualquiera menos a Dev Patel, irritante icono del multiculti. Y falta Aaron Eckhart, por su copiloto en Sully.

Mejor recreación de una escena clásica. Para el sheriff Jeff Bridges, recostado en el porche o veranda de Comanchería. Replica al sheriff James Coburn esperando al Billy el Niño de Kris Kristofferson en Pat Garrett&Billy the Kid de Sam Peckinpah, con el Llamando a las puertas del cielo de Bob Dylan sonando en ambas películas para guiar a los despistados.

Mejor actriz secundaria. Cuesta adjudicarlo a Michelle Williams, por un par de escenas aisladas interpretando a una votante de Trump en Manchester frente al mar. La Academia le negará la estatuilla a la Nicole Kidman de Lion, por votar a Trump en la vida real. Queda la animosa Octavia Spencer, por su labor de amaestramiento de un primitivo ordenador de IBM en Figuras ocultas.

Mejor banda sonora. La que no se oye.

Mejor banda sonora que incrusta el ´Adagio´ de Albinoni al completo. Para Manchester frente al mar, que endosa la pieza en su momento de mayor dramatismo, pifia musical que hará historia.

Mejor guion original. Otro triunfo para la tramposa estructura de La La Land, con finales para todos los gustos. Debería ganar la ríspida narración de Comanchería, nombramos la fallida Langosta para que al menos un lector se sienta tentado por la feroz Canino de Yorgos Lanthimos. Nadie diría que Kenneth Lonergan es un celebrado dramaturgo, al escuchar los diálogos a martillazos de Manchester frente al mar.

Mejor frase. A la irresistible Morena Baccarin, refresque su Homeland, cuando le suelta al magullado Ryan Reynolds en la escena final de la injustamente postergada Deadpool que "es una cara en la que me gustaría sentarme".

Mejor película de habla no inglesa. Para Toni Erdmann si les entusiasma el humor alemán, que desde luego no es mi caso.

Mejor título de crédito. Al "Técnico en lentillas" reconocido en La luz entre los océanos.

Mejor guion adaptado. Para Figuras ocultas, las matemáticas son sexy.

Mejor catástrofe aérea. Lo consiguen ex aequo el amerizaje en Washington de Sully y el helicóptero que se estrella contra las montañas en Cincuenta sombras más oscuras, con Christian Grey a bordo. Sin víctimas, por desgracia en el segundo de los casos.

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