Después de casi tres años de la publicación de su último disco, uno de los grupos catalanes más potentes, Els Amics de les Arts, lanza hoy su nuevo trabajo, Un estrany poder, doce nuevas canciones que marcan el renacimiento de la banda. El 30 de abril arrancan su gira presentación con el cartel de 'entradas agotadas' para sus primeros conciertos. En Mallorca actuarán en el Auditòrium de Palma el próximo 13 de mayo

-¿Cuál es ese extraño poder de este nuevo disco?

-Para nosotros los artistas, por supuesto, es la música, a través de la cual transmitimos emociones, es muy mágico su poder. La música llama a la puerta, a tu corazón. La combinación de la palabra y de los instrumentos crean un collage que te hace vibrar. Esto es el poder que la gente intenta controlar, lo nota con la lágrima, o con la piel de gallina, pero es incontenible.

-En esta ocasión han contado con la producción, grabación y mezcla de Tony Doogan, quien ha trabajado con grupos como Belle&Sebastian o Russian Red. ¿Cómo ha influido en el disco?

-Es la primera vez que hemos cogido la mano de otra persona para arrastrarnos a un mundo que hasta ahora no habíamos explorado. Trabajar con alguien que vive en el 'país del pop' durante más de 20 años ha conseguido que cuando pones el disco te transporte a otro mundo sonoro. Ha logrado intensificar la transmisión de las emociones en nuestras canciones.

-Además, para el primer 'single' apostaron por El seu gran hit

-Confiábamos en la canción pero igualmente nos ha sorprendido. A nivel sonoro es muy discotequera y a la gente le ha enganchado mucho su ritmo tan bailable. Dudábamos si salir con ella porque es diferente a nuestro estilo, pero arriesgamos.

-¿Se conserva algo de lo que hemos conocido hasta ahora del grupo?

-Por supuesto. Para nosotros significaba un poco el renacimiento del grupo. Cuando ya has pasado un ciclo de diez años, hay que plantearse el rumbo. Sé quién soy, qué me gusta y qué comunica con la gente, pero voy a buscar ayuda que me ayude a crecer y con Tony lo hemos conseguido.

-En cuanto a las letras, han ido evolucionando. ¿Continúan recogiendo referencias culturales?

-Hemos intentado abrir una nueva vía que todavía no habíamos explorado. Solían ser muy narrativas, como pequeños cortometrajes. Teníamos ganas de dar un paso más y crear canciones no tan explícitas, como la en 30 dies sense cap accident, que engancha enseguida pero no sabes qué pasa realmente. Igual que en El vent tallant, que es un poema de Klim Kafra.

-Han pasado prácticamente tres años desde Només d'entrar hi ha sempre el dinosaure

-Para nosotros es un paso mayúsculo en nuestra carrera porque tras la gira de 2015, llegaba el momento de volver al escenario. Después de diez meses trabajando, por fin llega el punto de compartirlo y entregarlo a la gente para que se lo haga suyo. Tras promocionar el primer 'single', ver su acogida, y publicar Les coses, otro avance del disco con el videoclip, que también es un tema más 'Amics', teníamos muchas ganas de que llegara este día.

-A dos meses de iniciar la gira, las entradas para sus primeros conciertos en Girona y Barcelona están agotadas. ¿Supone más presión a la hora de subirse al escenario?

-Es una pasada porque no te acostumbras. Es sorprendente. Estamos súper agradecidos y el saber que tenemos todo este público que nos apoya y tiene ganas de sentirnos es abrumador. Realmente es lo que gusta a un artista, el poder compartir lo que ha creado en casa sobre el escenario es un regalo. En Girona se acabaron las entradas la misma mañana que salieron a la venta y cuando todavía ni siquiera habíamos publicado el primer 'single'.

-En sus giras siempre incluís Palma como punto de parada. ¿Se mantiene fiel el público mallorquín con el paso de los años?

-Tenemos muchas ganas de venir a presentar las canciones nuevas pero también las antiguas. No nos cansamos de decirlo, pero es que el seguidor de Mallorca tiene mucha fuerza, es como tocar en casa, se ha creado una conexión muy potente. Es un público entregado, sabes que serás respondido, es muy efusivo. Nos encanta, porque son esas paradas que dices, "oh, que bien, volvemos a Palma". Las islas comparten algo que nos encanta revivir.