Un año más, y van treinta y seis, ARCO, la Feria Internacional de Arte Contmporáneo, abrió sus puertas dispuesta a mostrar las novedades y tendencias del momento, además de promover las relaciones artistas-creador, no en vano ARCO es, ante todo, la gran feria de los galeristas. Las 200 galerías procedentes de 27 países, con Argentina como país invitado, exhibirán, con cada vez menos estridencias, sus fondos artísticos más sólidos y creativos.

Tres de ellas son mallorquinas, Pelaires, Horrach Moyá y L21, a la que se une la palmesano-berlinesa Kewenig. Las cuatro son ya habituales en la feria y repiten año tras año consolidadas en el mercado.

Pelaires es una de las grandes veteranas de ARCO. Paulatinamente, Federico Pinya ha asumido la labor de su padre Pep y hoy lleva el día a día de la galería. Para esta edición cuentan como gran novedad con el mexicano Carlos Amorales, que en septiembre expondrá en Palma y que también participará en la Bienal de Venecia representando al país azteca. Los grandes collages de Gregor Hildebrand, Jason Martin y los mallorquines Amparo Sard y Guillermo Rubí completan junto al navarro Rafa Munárriz, ganador de la prestigiosa Beca Santander, y Prudencio Izábal la oferta de Pelaires. Federico Pinya no quiere hacer predicciones sobre el resultado económico de la Feria -"ARCO es siempre un enigma", asevera-pero tiene clara la apuesta de Pelaires por combinar artistas de nivel alto con otros más jóvenes que aporten frescura "aunque siempre bien referenciados y no elegidos de buenas a primeras".

Juan Antonio Horrach-Moyá arropa en su expositor a media docena de artistas consolidados. Sentencias en vinilo de Lawrence Weine, una biblioteca creada por Martin John Callanan con las cien sugerencias que le hizo Amazon de acuerdo con su perfil de cliente, cuadros de Alicia Framis y Rosenblum, los tejidos de Joana Vasconcelos y un vídeo de Carles Congost conforman la oferta de Horrach-Moyá. "Intentamos que sea una muestra intergeneracional, variada tanto en los autores como en los soportes que utilizan para satisfacer a nuestro público que generalmente está bien informado, dispone de una economía consolidad y cada vez es más internacional".

L21, con Oscar Florit al frente, cumple su tercer año en ARCO, pero en las dos ediciones anteriores lo hizo dentro del programa Opening y éste lo hace en el general. El stand es una instalación en forma de cuadrícula que soporta la obra de los otros siete artistas de la galería: Abdul Vas, Alejandro Leonhardt, Ian Waelder, Valrei Krause y los mallorquines Bel Fullana, Rafa Forteza y Pep Vidal. "La presión ahora es distinta porque ahora nos jugamos más. Somos jóvenes pero jugamos en la misma liga que los demás" comenta Florit, quien pide que "haya más gente que entienda de Arte y que no nos vea como unos descerebrados". Sobre el perfil de su clientela, Florit considera que "no es un público ocasional que compre por impulsos. Suelen ser coleccionistas habituales que saben y entienden qué están comprando".

La Galería Kewenig tiene dos sedes, una en Berlín y otra en Palma. Sus responsables Bárbara Huttrop y Clara Garau han llevado a ARCO una amplia muestra de sus artistas de cabecera: Ilya & Emilia Kabakov, Nan Goldin, Ghada Amer, Sandra Vásquez de la Horra, Christian Boltanski, Elger Esser, Kimsooja, Bertrand Lavier, Pedro Cabrita Reis -con siete espectaculares cuadros en en rojo-, Leiko Ikemura, Marcelo Viquez y el mallorquín Bernardí Roig, "un artista con una trayectoria más reconocida fuera de España y que aquí deberíamos valorar más", según explica Clara Garau. La obra de Jannis Kounellis, fallecido la semana pasada, servirá de homenaje al que fuera uno de sus artistas habituales desde los primeros pasos de la galería.